Rafael Andrés, de 61 años, será juzgado nuevamente para decidir su sentencia por el horrendo crimen de Yvette Fariñas en 2005, un caso que conmocionó a la comunidad.
Un hombre que anteriormente estuvo en el corredor de la muerte de Florida por el brutal asesinato de una camarera del restaurante La Carreta volverá a ser juzgado por un jurado que decidirá si debe ser ejecutado por el crimen cometido hace casi dos décadas. Rafael Andrés, de 61 años, fue declarado culpable en 2014 del asesinato de Yvette Fariñas, una inmigrante cubana de 31 años que trabajaba como camarera en el restaurante La Carreta del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA).
Fariñas había contratado a Andrés, quien se dedicaba a trabajos de mantenimiento como jornalero, para realizar reformas en el apartamento que compartía con su novio. El 24 de enero de 2005, Andrés utilizó una llave de repuesto para entrar en la vivienda, donde golpeó a Fariñas hasta que ella le reveló la contraseña de su tarjeta bancaria. Posteriormente, la víctima fue apuñalada y estrangulada con el cable de una arrocera. Andrés usó el dinero robado para retirar efectivo, comprar artículos en Home Depot y alojarse en el Miccosukee Resort and Casino, gastando más de $1,600.
La condena inicial a muerte de Andrés, decidida por un jurado en una votación de 9-3, fue anulada debido a cuestiones constitucionales relacionadas con la aplicación de la pena capital en Florida. Andrés ya cumple cadena perpetua por otros cargos relacionados con el asesinato. El nuevo juicio para determinar su sentencia se encuentra en la fase de selección del jurado, y se espera que los alegatos iniciales comiencen este miércoles.
Las pruebas contra Andrés fueron contundentes: su ADN fue encontrado en un paño ensangrentado cerca del cuerpo de Fariñas, un vecino lo vio salir de la escena del crimen con una lata de gasolina momentos antes de que se iniciara un incendio en el apartamento, y se encontraron rastros de gasolina en sus zapatillas. Además, los registros de su teléfono celular lo ubicaron en la escena del crimen.
Este no era el primer homicidio cometido por Andrés. En 1988, fue declarado culpable del asesinato a puñaladas de Linda Azcarreta, de 32 años, amiga de su esposa. Aunque fue condenado a nueve años de prisión, quedó en libertad tras cumplir solo 18 meses debido a su buen comportamiento.
El caso unió a las familias de ambas víctimas. René Azcarreta, hijo de Linda, quien descubrió el cuerpo de su madre cuando tenía siete años, asistió al juicio de 2015 para apoyar a la familia Fariñas. El padre de Yvette, René Fariñas, expresó en su momento: «Nos reconfortó mucho que estuviera allí con nosotros, alguien más que sufrió lo mismo que nosotros por culpa de este hombre».














