El Soberano Gran Comendador de Cuba, José Ramón Viñas Alonso, fue citado a declarar en una estación policial de La Habana. Decenas de masones se congregaron en señal de apoyo, mostrando la creciente tensión entre las autoridades cubanas y la comunidad masónica.
Masones cubanos enfrentan la represión del gobierno
Según reportes de Cubanet, el ambiente en las inmediaciones de la estación policial de Acosta y Diez de Octubre fue de “fuerte tensión” el viernes pasado, mientras José Ramón Viñas Alonso, Soberano Gran Comendador desde 2015, era interrogado. El escritor Ángel Santiesteban-Prats denunció en Facebook que la policía política busca incriminar a Viñas Alonso para destituirlo, en represalia por su carta de 2021 condenando la represión gubernamental tras las protestas del 11J.

La postura crítica de Viñas Alonso hacia la represión del gobierno, incluyendo su reproche directo a Miguel Díaz-Canel, ha provocado estas represalias. La citación generó un llamado a la solidaridad entre los masones, quienes consideran a Viñas Alonso un defensor de los derechos humanos.
Un contexto de creciente represión
Santiesteban-Prats reportó haber sido vigilado por la Seguridad del Estado para evitar que asistiera a la manifestación de apoyo a los masones. Denunció la creación de un “puesto de mando” cercano a la estación policial y pidió solidaridad internacional contra la “persecución” a la masonería cubana.
Según una fuente de CubaNet, la citación a Viñas Alonso incluyó la posibilidad de declarar con su abogado. Sergio Rafael Vidal, otro masón, explicó que la acusación se basa en un alegado cambio de dólares en el Asilo Nacional Masónico Llansó, calificando la situación como una “decisión colegiada con el fin más altruista posible”.
Viñas Alonso mismo aclaró en redes sociales que el cambio de divisas se realizó por la necesidad de gastos en moneda nacional y fue una decisión unánime del Patronato, considerando las acusaciones de tráfico de divisas como una estrategia para incriminarlo.
La situación refleja un contexto más amplio de tensiones entre la comunidad masónica y el gobierno cubano. Como recuerda la periodista Camila Acosta, autora del libro «Del templo al temple, silencios y escándalos de la masonería cubana», la protesta del 6 de julio en la Gran Logia de Cuba simboliza la resistencia ante la injerencia del Estado en los asuntos internos de la fraternidad.
En resumen, este incidente pone de manifiesto la creciente represión contra la masonería en Cuba y la firme resistencia de sus miembros ante las presiones gubernamentales. El caso de Viñas Alonso se convierte en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y asociación en la isla.
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