Imágenes compartidas en redes sociales revelan cómo uno de los símbolos culturales más emblemáticos de Cuba se hunde en la suciedad y el descuido.
El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, joya arquitectónica restaurada con esmero hace menos de una década, exhibe hoy un rostro de abandono y deterioro que ha conmocionado a los cubanos. Recientes imágenes publicadas en redes sociales por el usuario Sebastián Milo muestran los portales del coliseo invadidos por montículos de basura, marcados por el orín en sus columnas y utilizados como refugio por personas en situación de calle.
«El teatro…», escribió Milo de manera lacónica en su publicación, que rápidamente se llenó de comentarios de indignación y pena. «Han tirado al teatro a la basura literalmente. Es increíble cómo destruyen un templo de las artes», «Qué pena y qué vergüenza», fueron algunas de las reacciones más repetidas. Este panorama de descomposición contrasta drásticamente con el esplendor que recuperó el teatro tras una reparación capital concluida en 2015, que devolvió el brillo a sus fachadas, salones y vitrales.
Inaugurado en 1915 y declarado Patrimonio Nacional, el Gran Teatro ha sido sede del Ballet Nacional de Cuba y escenario de importantes eventos culturales. Sin embargo, el descuido actual no es del todo nuevo; hace dos años el inmueble cerró temporalmente debido a una infestación de comején en el techo y posteriormente se reportaron problemas de filtraciones. Las imágenes actuales evidencian una alarmante falta de mantenimiento continuo, poniendo en riesgo la preservación de uno de los patrimonios históricos y culturales más valiosos de La Habana.














