El Grupo de Administración Empresarial (GAESA), conglomerado militar cubano, se encuentra en el centro del debate público tras la filtración de documentos que revelan la posesión de más de 18,000 millones de dólares en activos. Sin embargo, el economista cubano Pedro Monreal señala que el aspecto más preocupante no es la cifra en sí, sino la opacidad con la que opera esta entidad, dejando a los ciudadanos al margen de información económica vital.
Monreal destaca que las cifras presentadas, aunque plausibles, son imposibles de verificar de forma independiente, lo que subraya la falta de transparencia. En su análisis, compara la situación con la de un «mago de feria», donde la información se maneja con secretismo, impidiendo un escrutinio público efectivo.
GAESA, identificado como un conglomerado de sociedades anónimas con control sobre sectores clave de la economía cubana como el turismo y las telecomunicaciones, opera sin la supervisión de la Contraloría General de la República. Esta falta de rendición de cuentas permite la retención de información y recursos, evidenciando un modelo que concentra poder económico en manos militares.
El economista subraya que GAESA actúa como un «extractor implacable de divisas» de las familias cubanas, dirigiendo los fondos a un entramado empresarial opaco. Monreal propone un debate centrado en la eliminación de monopolios militares en la economía civil, la explicación del destino del ingreso nacional liberado y la exigencia de auditorías independientes y control ciudadano sobre GAESA.
Además, sugiere la dolarización parcial y transparente del presupuesto nacional, integrando las divisas recaudadas por GAESA para beneficiar directamente a la población. La opacidad de GAESA se presenta no solo como un problema contable, sino como un reflejo de un sistema que extrae recursos sin rendir cuentas, en un contexto de crisis humanitaria en Cuba.