Un enfoque basado en la «reducción de daños», que incluye programas de tratamiento con medicamentos y la amplia disponibilidad de naloxona, es clave para explicar una caída del 25% en las fatalidades a nivel nacional.
Estados Unidos está experimentando un cambio esperanzador en su lucha contra la epidemia de opioides. Luego de superar las 110,000 muertes por sobredosis en 2023, el país ha visto una reducción de aproximadamente un 25% en estas fatalidades durante 2024, lo que se traduce en casi 30,000 vidas salvadas. Carolina del Norte se encuentra a la vanguardia de este descenso, con una notable disminución del 35%.
La estrategia en este estado se centra en la «reducción de daños», un enfoque que prioriza la salud y la seguridad de los consumidores de drogas por encima de su criminalización. Programas innovadores como LEAD (Desvío Asistido por Aplicación de la Ley) en Fayetteville colaboran con la policía para redirigir a personas con adicciones hacia servicios de apoyo, vivienda y empleo, en lugar de la cárcel. Simultáneamente, clínicas como las del Dr. Eric Morse ofrecen Tratamiento Asistido con Medicamentos (MAT), utilizando metadona o buprenorfina para estabilizar a los pacientes.
Un pilar fundamental ha sido la distribución masiva de naloxona, un medicamento que revierte las sobredosis. Solo en Carolina del Norte, se ha administrado más de 16,000 veces en 2024. Aunque el enfoque de reducción de daños enfrenta críticas de quienes defienden la abstinencia total, los datos respaldan su eficacia. Un estudio de la Universidad de Yale de 2023 sugirió que los programas basados únicamente en la abstinencia pueden no reducir el riesgo de muerte por sobredosis. A pesar del progreso, el posible recorte de fondos federales a Medicaid amenaza con revertir estos avances, ya que el 70% de los pacientes en clínicas como las de Morse dependen de este seguro.














