Dueños de tiendas denuncian que la policía ignora los ataques de una banda organizada que hurta cientos de miles de dólares en mercancía.
Una banda de al menos cinco ladrones, armados con cuchillos, está sembrando el terror en supermercados de Nueva York, sustrayendo mercancía de alto valor con una audacia sin precedentes. Los dueños de los establecimientos afectados se sienten abandonados por las autoridades y alegan que es inútil reportar los delitos, ya los acusados suelen ser puestos en libertad tras ser imputados por delitos menores.
El modus operandi del grupo es metódico y rápido. Ingresan a las tiendas y, desafiando a los empleados, llenan sus mochilas con productos costosos como carne de res premium, salami y mariscos. Cuando algún trabajador intenta impedir su huida, los delincuentes exhiben sus cuchillos antes de escapar en automóviles que los esperan. «Cada vez que vienen, roban alrededor de $800 en salamis dominicanos», relató Efrain Castro, propietario de un Fine Fare en el Alto Manhattan. «Son rápidos. Golpean fuerte y vacían el mostrador en segundos. Tienen un propósito porque esto es un negocio para ellos».
La sensación de impunidad es palpable. Samuel Collado, presidente de la Asociación Nacional de Supermercados (NSA), reveló que los comerciantes han creado un grupo de WhatsApp para alertarse mutuamente sobre los robos. Él estima que más de 100 establecimientos han sido víctimas de esta banda, con pérdidas que ascienden a cientos de miles de dólares. «Es increíble que estos tipos hayan podido salirse con la suya durante tanto tiempo», afirmó Collado. «Nunca habíamos visto un grupo de crimen organizado como este, que camina con tanta libertad».
Un reciente intento de hurto en un Morton Williams del Midtown de Manhattan terminó en tragedia cuando un trabajador de 64 años murió tras forcejear con un sospechoso. Aunque este incidente no estaría vinculado a la banda organizada, se ha convertido en un grito de guerra para los dueños de tiendas, quienes sienten que el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) no muestra un interés consistente en la crisis.
«El NYPD nos da la impresión de que los estamos molestando cuando llamamos para reportar estos crímenes», dijo Collado. Agregó que, en algunos casos, cuando se llama a la policía, los empleados son llevados a la comisaría junto con los ladrones, donde estos últimos los acusan falsamente de agresión. «Nuestros trabajadores no quieren ir a la estación. Temen tener que presentar una denuncia», explicó.
En respuesta, el NYPD lanzó un programa piloto en la comisaría 46 del Bronx, reviviendo tácticas tradicionales para combatir el hurto. El programa permite a los minoristas subir fotos y videos de los ladrones a un grupo de WhatsApp en tiempo real, al que los detectives tienen acceso. Aunque la policía afirma que el hurto en tiendas ha disminuido un 13% este año, los comerciantes sienten que la realidad es diferente y se ven forzados a tomar medidas por su cuenta, lo que a veces resulta en peligrosos enfrentamientos físicos.














