Un artículo de opinión contrasta los enfoques de las administraciones Trump, Obama y Biden hacia la región, destacando diferencias en trato a aliados y manejo de Irán.
Un análisis reciente explora las razones que, desde su perspectiva, explican los diferentes resultados en las políticas de Estados Unidos hacia Medio Oriente bajo las administraciones de Donald Trump, Barack Obama y Joe Biden. El artículo argumenta que la administración actual ha logrado un alto al fuego en la región mediante un enfoque que difiere de sus predecesores. Señala que, a diferencia de gobiernos anteriores que, según el autor, permitieron a Irán obtener ingresos petroleros y avanzar en su programa nuclear, la postura actual se ha centrado en una mayor presión sobre Teherán y sus grupos aliados.
El texto también subraya el trato hacia los líderes regionales como un factor clave. Afirma que mientras administraciones anteriores ejercieron presión pública sobre aliados como Israel, Egipto y Arabia Saudita, incluso con comentarios despectivos, la estrategia actual se ha basado en un mayor engagement y demostraciones de respeto, lo que habría fortalecido las alianzas. Además, el análisis atribuye parte del éxito a la voluntad de usar la fuerza militar de manera decisiva contra figuras terroristas y a una narrativa que enfatiza los beneficios económicos mutuos de la paz, un enfoque mercantil que, según el autor, resonó más con los líderes locales que el lenguaje diplomático tradicional.














