Con un déficit de 1,099 MW y más de 700 MW paralizados por falta de combustible, el sistema eléctrico nacional colapsa ante la emergencia ciclónica, dejando a millones a oscuras.
La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) anunció este martes que no emitirá el pronóstico habitual de afectaciones eléctricas, argumentando que la magnitud de los apagones dependerá del comportamiento de la demanda en el oriente ante el avance del huracán Melissa. Esta decisión se produce en medio de una crisis estructural del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), que reporta una disponibilidad de 1,574 MW frente a una demanda de 2,635 MW, generando un déficit de 1,099 MW.
La situación técnica es crítica. El parte oficial detalla averías en unidades termoeléctricas clave en Cienfuegos y Holguín, múltiples mantenimientos en curso y limitaciones térmicas que suman 513 MW fuera de servicio. La causa más grave es la falta de combustible y lubricante, que mantiene paralizados 711 MW adicionales. La Empresa Eléctrica de La Habana reconoció que el servicio se vio afectado durante todo el lunes sin poder restablecerse completamente, con una afectación máxima de 162 MW.
El malestar ciudadano crece con reportes de apagones prolongados desde varias provincias. Vecinos de Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas y Granma describen una situación crítica, mientras usuarios en redes sociales acusan a la empresa estatal de dejar al país a oscuras y sin explicaciones. La promesa de priorizar el oriente parece incumplida, con denuncias de apagones que comenzaron incluso antes de los primeros efectos del huracán. Millones de cubanos enfrentan así la amenaza de Melissa en medio de un colapso energético, incomunicados y con un creciente sentimiento de abandono institucional.















