El régimen presenta el juicio como «ejemplarizante» mientras la crisis alimentaria impulsa el aumento de robos en el campo cubano
El tribunal municipal de Abreus, Cienfuegos, condenó a un año de trabajo correccional con internamiento a Javier Santana Rodríguez, acusado de robar cinco quintales de papas en la Unidad Empresarial de Base Carmelina, en la localidad de Horquita.

El fallo fue presentado por la prensa oficial como un juicio «ejemplarizante», en medio de la crisis económica y alimentaria que atraviesa el país.
Según informó el periódico 5 de Septiembre, los hechos ocurrieron el pasado 16 de febrero, cuando Santana Rodríguez fue sorprendido transportando en un carro de tracción animal los 230 kilos de papas que había tomado de los sembrados de la empresa estatal.
El producto fue recuperado en su totalidad y no se reportaron pérdidas económicas.
El acusado recibió, además de la pena principal, la suspensión de derechos ciudadanos, incluida la prohibición de votar, ocupar cargos de dirección o salir del país hasta cumplir la sanción.
Las autoridades cubanas insisten en aplicar sanciones severas contra delitos vinculados a la producción de alimentos, considerados estratégicos en un contexto de inflación acelerada, desabastecimiento crónico y alza descontrolada de precios.
Este tipo de procesos judiciales se presentan como medidas de disuasión, con el objetivo de «proteger la economía nacional».
Sin embargo, la población acusa al régimen de no atacar las causas estructurales del aumento de los delitos: la escasez generalizada, los bajos salarios y la incapacidad del Estado para garantizar una oferta estable de alimentos.
En este escenario, el robo de productos agrícolas se ha vuelto cada vez más frecuente en los polos productivos de la Isla.
Entre el hambre, el hartazgo social y la inseguridad
Mientras el Gobierno busca mostrar mano dura contra los acusados de hurto, la ciudadanía denuncia el repunte de la delincuencia y la violencia en las calles.
Muchos exigen sanciones contra los delincuentes comunes, pero también cuestionan la ineficiencia y la dejadez policial, que, a su juicio, no logra contener ni los robos ni los hechos violentos que afectan al pueblo.
El caso de Cienfuegos ilustra la contradicción en la que vive hoy Cuba: por un lado, un Estado que multiplica juicios ejemplarizantes para frenar la pérdida de alimentos en el campo; por otro, una población cada vez más golpeada por la crisis, que percibe que el rigor de la justicia recae sobre individuos sin que se resuelvan los problemas de fondo que impulsan la delincuencia.














