Un video viral ha puesto en palabras e imágenes la cruda realidad de vivir en Cuba, una experiencia marcada por la escasez, los apagones interminables y una crisis económica que convierte la rutina en una prueba de supervivencia. El testimonio de la creadora Sheyla Reyes (@sheyreyes032) no revela nada nuevo para los cubanos, pero su análisis honesto ha servido como un catalizador para una conversación global sobre la sistemática odisea que se enfrenta en la isla, donde la capacidad de «adaptarse» choca con la acusación de «conformismo».
El análisis de Reyes es un reflejo de una crisis multifacética. Su testimonio, lejos de ser un caso aislado, es un eco de lo que denuncian otros creadores como el youtuber español Juanjo Dalmau, quien sentenció: «no eliges lo que quieres comer, sobrevives con lo poco que hay».
Los Pilares de la Crisis Diaria en Cuba
La vida cotidiana se sostiene sobre pilares extremadamente frágiles. El video viral y los datos de la realidad cubana dibujan un panorama desolador que se puede resumir en cuatro áreas clave:
- Escasez alimentaria: La planificación de las comidas es imposible. El desafío diario es encontrar los ingredientes básicos, un día aceite, otro arroz, y cuando se logra, el siguiente obstáculo es la falta de electricidad para cocinar.
- Colapso energético: Los apagones, que superan las 16 horas diarias en algunas provincias, paralizan cualquier actividad. No solo afectan la cocción de alimentos, sino que también interrumpen el descanso, el trabajo y el acceso a internet.
- Transporte precario: Moverse es descrito como una «odisea». La falta de opciones públicas eficientes y el costo prohibitivo del transporte privado, que puede consumir la mitad de un salario, aíslan a la población.
- Precios inalcanzables: La inflación ha pulverizado el poder adquisitivo. Una compra básica puede superar los 10,000 pesos, cuatro veces el salario mínimo, dejando fuera productos esenciales como la carne, un lujo para la mayoría.
«La comida no es la que quieras, sino la que aparezca»
Esta frase de Sheyla Reyes se ha convertido en el estandarte de la crisis. Resume la pérdida de la soberanía más básica del individuo: la elección de qué comer. No se trata de un problema de gustos, sino de disponibilidad. Esta incertidumbre constante genera un estrés permanente y obliga a las familias a un estado de adaptación forzosa.
“Un día tienes aceite pero no hay arroz, al otro tienes arroz pero no hay aceite, y cuando tienes de todo, no hay corriente, y no puedes cocinar”, explica Reyes en su video.
¿Adaptación o Conformismo? El Debate que Sigue Abierto
El video no solo generó empatía, sino también un fuerte debate. Mientras algunos usuarios, como uno de Venezuela, encontraban paralelos en la «supervivencia», otros criticaron duramente la resignación. La frase de Reyes sobre «la capacidad de adaptarnos y seguir para adelante» fue el principal punto de fricción.
Un comentario crítico sentenció: “Por la capacidad de adaptarnos y seguir pa’ alante es que Cuba está como está”. Otro fue más allá, calificándolo de «conformismo». Este debate pone sobre la mesa una cuestión fundamental: ¿dónde termina la resiliencia y empieza la normalización de una crisis que parece no tener fin? La respuesta, para muchos, sigue siendo tan incierta como el próximo apagón.