La Fiscalía del Distrito de Manhattan, liderada por Alvin Bragg, se ha visto obligada a desestimar un caso de agresión en segundo grado debido a un «error inaceptable» procedimental: el incumplimiento del plazo legal para entregar las pruebas a la defensa. La acusada, Brianna J. Rivers, de 30 años, quedó así en libertad tras ser imputada por golpear brutalmente en el rostro a la activista provida Savannah Craven Antao durante una entrevista callejera en Harlem el pasado abril, un incidente que quedó registrado en video.

El fallo procesal ha generado una tormenta de críticas y ha impulsado la acción civil. El bufete conservador Thomas More Society ha anunciado que presentará una demanda contra Rivers en nombre de la víctima. Christopher Ferrara, abogado principal de la sociedad, afirmó que el objetivo es establecer un precedente de responsabilidad civil para disuadir la violencia política. «Esta demanda busca convencer a la gente de que existe la responsabilidad si agreden brutalmente a alguien porque no les gusta lo que dice. Sufrirán las consecuencias, si no penales, sí civiles», declaró.

La víctima, Savannah Craven Antao, de 23 años y reportera del grupo Live Action, expresó su indignación, afirmando que se enteró de la desestimación al ver publicaciones de su agresora en Instagram. Criticó la «negligencia» de la fiscalía de Bragg, cuya oficina ha emitido un comunicado disculpándose por el «inaceptable error» y anunciando «medidas internas inmediatas». El incidente dejó a Craven Antao con lesiones que incluyeron un ojo morado, puntos de sutura y facturas médicas superiores a los 3.000 dólares.
El video del altercado muestra una discusión cada vez más acalorada. La entrevista, centrada en el aborto y Planned Parenthood, se deterioró cuando Craven Antao, de forma repetida e interrumpiendo, calificó el aborto como «matar bebés» y llegó a preguntar de manera provocadora si los niños en acogida deberían ser asesinados por «no ser deseados». A la respuesta sarcástica de Rivers («¿Por qué no?»), la activista replicó: «Yo no soy quien admitió que estarían de acuerdo con matar bebés en hogares de acogida». Fue en ese momento cuando Rivers descargó una sucesión de puñetazos sobre su rostro. Aunque Rivers se disculpó posteriormente en redes sociales, atribuyendo la agresión a la actitud «antagónica» de la víctima, su posterior regodeo público en la desestimación del caso ha alimentado la decisión de proceder con la demanda civil.












