Mientras las autoridades recomiendan remedios caseros como quemar cáscaras de cítricos, los envíos desde el exterior se concentran en artículos de primera necesidad para paliar la crisis epidemiológica
Frente al avance implacable de enfermedades como el dengue, el chikungunya y el oropouche, la diáspora cubana en Estados Unidos se ha convertido en un salvavidas para sus familiares en la isla. Agencias de envío en Miami reportan un aumento significativo en la demanda de dos productos básicos: medicinas y mosquiteros. Estos envíos buscan suplir la grave escasez que sufren farmacias y hospitales estatales, donde los estantes permanecen vacíos y los precios en el mercado informal son prohibitivos.
La crisis se ha agravado con la circulación de al menos nueve virus en el país, según admitieron las propias autoridades, que han confirmado brotes en provincias como Matanzas y la ocurrencia de muertes asociadas. En un contraste que ha generado críticas, mientras los cubanos en el exterior envían ayuda concreta, las recomendaciones sanitarias oficiales incluyen soluciones domésticas como quemar cáscaras de naranja para ahuyentar los mosquitos, un reflejo de la profunda precariedad de un sistema de salud que colapsa bajo la acumulación de basura, la infraestructura deteriorada y la falta de insumos.














