La muerte del pugilista guantanamero, atribuida por algunos a la crisis sanitaria, enciende cuestionamientos sobre la disponibilidad de medicamentos en la isla.
El deporte cubano, y en particular el boxeo, está de luto. Daikel Gé Arias, un talentoso pugilista de 24 años originario de Guantánamo, falleció recientemente en circunstancias que aún no han sido aclaradas oficialmente. A pesar de que el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y el Ministerio de Salud Pública de Cuba se mantienen en silencio, las redes sociales se han inundado de mensajes de condolencia y de versiones que intentan explicar la trágica pérdida.
Algunas publicaciones, como las de la usuaria Irma Lidia Broek, apuntaron inicialmente a un paro cardíaco asociado a un virus que afecta a la región oriental. Sin embargo, posturas posteriores de las mismas fuentes señalan con el dedo acusador a la crítica situación del sistema de salud. “Lo mató el comunismo. Lo mató la falta de insumos y medicamentos en los hospitales cubanos”, se llegó a expresar, denunciando que la falta de reactivos para diagnósticos y la escasez generalizada de fármacos convierten afecciones tratables en potenciales fatales.
Más allá de las causas, el fallecimiento de Daikel deja un vacío profundo. Fue descrito por amigos y seguidores como un joven de noble corazón, buen comportamiento y con un futuro prometedor en la división de los 57 kg, donde había escalado posiciones en el alto rendimiento. Su partida no solo afecta a su familia, incluyendo a un pequeño hijo, sino que también priva al boxeo nacional de una de sus jóvenes esperanzas. La ausencia de un comunicado oficial sobre el caso alimenta la especulación y la demanda de transparencia, mientras el duelo se extiende por la comunidad deportiva de la isla.













