Una artista de Jovellanos relata en redes sociales el devastador impacto del virus en su comunidad, donde la falta de medicamentos y una alimentación adecuada agravan los síntomas y prolongan la convalecencia.
La comunidad de Carlos Rojas, en el municipio matancero de Jovellanos, enfrenta una grave crisis sanitaria y alimentaria debido a un brote de chikungunya que ha dejado a la mayoría de sus residentes enfermos y sin recursos para recuperarse. La artista Sindy San Miguel Fariñas denunció en Facebook que los síntomas del virus —dolor e inflamación articular severa— se agravan por la imposibilidad de acceder a una alimentación nutritiva. «Necesitamos alrededor de 8,000 pesos para alimentarnos al menos una vez al día con la vitamina D necesaria», explicó.
Fariñas detalló que su familia, incluyendo a sus abuelos octogenarios y su hija pequeña, ha pasado la enfermedad en un mes, pero la recuperación se ve obstaculizada por los altos precios de alimentos básicos como atún, huevos y yogur. En un mensaje dirigido al gobierno, afirmó: «Si no abrimos los ojos, vamos a morir como abandonados animales callejeros». Aunque las autoridades sanitarias de Matanzas reconocen la prevalencia del chikungunya sobre el dengue y han habilitado centros adicionales para pacientes, testimonios locales e informes de activistas sugieren que la magnitud del brote podría estar siendo subestimada.














