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Estados Unidos ha desplegado una fuerza militar significativa, superando los 4.000 marines y marineros, en las aguas que rodean Latinoamérica y el Caribe. Esta operación se enmarca en la intensificación de los esfuerzos estadounidenses para combatir a los cárteles de la droga, según informaron fuentes de defensa a CNN. La movilización incluye el Grupo Anfibio Listo para el Combate Iwo Jima (ARG) y la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines (MEU), como parte de una estrategia más amplia del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) que comenzó hace tres semanas.
El despliegue abarca también un submarino nuclear de ataque, destructores, aviones de reconocimiento P8 Poseidon y un crucero guiado por misiles. Fuentes militares indicaron que estos recursos adicionales tienen como propósito «contrarrestar amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos que provienen de organizaciones narco-terroristas especialmente designadas en la región», buscando enviar una señal de fuerza sin una acción militar inmediata específica.

La Marina estadounidense anunció el despliegue del USS Iwo Jima, la 22ª MEU y otras dos naves, sin detallar el destino exacto. Los oficiales consultados señalaron que el movimiento es principalmente una «demostración de fuerza», aunque otorga flexibilidad para futuras operaciones. Se agregó que el grupo incluye una unidad de combate aéreo, pero existe preocupación entre algunos funcionarios sobre la preparación de los marines para tareas de interdicción y lucha contra el narcotráfico, sugiriendo que la Guardia Costera podría ser clave en dicho apoyo.
Las unidades expedicionarias de marines, que históricamente han participado en evacuaciones a gran escala, están listas para cumplir con las órdenes que se les asignen. Este despliegue se produce tras la designación por parte de la administración Trump de varias agrupaciones de narcotráfico latinoamericanas como organizaciones terroristas, incluyendo el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Soles.

La política de la administración se enfoca en la seguridad fronteriza y la lucha contra lo que denominan «invasiones», incluyendo el tráfico de drogas y la migración masiva. El despliegue militar actual representa la mayor demostración de fuerza de EE. UU. en la región en años recientes, manteniendo abierta la opción de acciones directas.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha declarado que no habrá invasión de su país, enfatizando la cooperación en materia de seguridad. La Casa Blanca, por su parte, ha evitado detalles sobre opciones militares, pero reafirma la prioridad de proteger el territorio nacional y asegurar rutas como el Canal de Panamá.
El despliegue militar de EEUU en Latinoamérica
Estados Unidos ha incrementado su presencia militar en Latinoamérica y el Caribe con el despliegue de más de 4.000 marines y marineros. La operación busca combatir a los cárteles de la droga y fortalecer la seguridad en la región.
Composición de la fuerza expedicionaria
El despliegue incluye embarcaciones clave como el Grupo Anfibio Iwo Jima (ARG) y la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines (MEU). Además, se suman un submarino nuclear, destructores, aviones de reconocimiento P8 Poseidon y un crucero guiado por misiles.
Objetivos estratégicos
La misión tiene como fin principal contrarrestar las amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos provenientes de organizaciones narco-terroristas. Se trata de una demostración de fuerza que busca enviar un mensaje disuasorio a los grupos criminales.
Contexto político y operativo
Este movimiento se da en un contexto de mayor presión sobre organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Soles, designados por la administración Trump. La estrategia se alinea con el enfoque de la administración en la seguridad fronteriza y la lucha contra actividades criminales transnacionales.
Reacciones y perspectivas
Aunque se descarta una invasión a México, la cooperación bilateral en seguridad se mantiene. La movilización militar refuerza la presencia estadounidense en la región, manteniendo abiertas opciones para acciones puntuales si las circunstancias lo ameritan.
El despliegue, que se extenderá por varios meses, subraya la importancia que Estados Unidos otorga a la lucha contra el narcotráfico y la estabilidad regional.