Bajo el manto oscuro de la noche en los Everglades, una actividad tan arriesgada como crucial tiene lugar: la caza de pitones birmanas. Para Bayo Hernández y su esposa, no es solo una aventura, es una misión. Esta pareja de hispanos se ha convertido en una pieza clave en el esfuerzo por controlar a una de las especies invasoras más destructivas del estado, demostrando cómo cazar pitones en Florida se ha transformado en una mezcla de conservación, adrenalina y una sorprendente oportunidad económica.
Armados con linternas y una valentía admirable, se adentran a mano en la densa vegetación del humedal, el campo de batalla donde se lucha por el futuro de la fauna nativa. El objetivo es claro: capturar a estos gigantes constrictores que, sin depredadores naturales, amenazan con devorar el ecosistema desde adentro.
La misión de Bayo Hernández: un guardián en los Everglades
Bayo Hernández no es solo un cazador; es un defensor del equilibrio ecológico. Como él mismo ha explicado, estas serpientes no tienen freno natural en Florida. «Si no las detenemos, seguirán reproduciéndose sin control», afirma. Su trabajo, documentado en sus redes sociales, ofrece una mirada de primera mano a la difícil tarea de someter a reptiles que pueden superar los cinco metros de longitud. Cada captura es un riesgo, pero también una victoria para las especies nativas que han visto sus poblaciones de mapaches, conejos y zarigüeyas drásticamente reducidas.
El Florida Python Challenge: ¿Deporte, negocio o conservación?
La respuesta es: los tres. El estado de Florida, a través de la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre (FWC), ha encontrado una ingeniosa estrategia para movilizar a la ciudadanía. El Florida Python Challenge es un evento anual que incentiva la erradicación de esta plaga. La edición de 2025, que comenzó el pasado 11 de julio y culminó este domingo 20, ofreció un fondo total de premios de $25,000.
La competencia no solo premia la habilidad, sino también la dedicación, con un gran premio de $10,000 para quien capture la mayor cantidad de pitones. Esta recompensa convierte la conciencia ecológica en una actividad potencialmente lucrativa, atrayendo a cientos de participantes que, como Bayo, se convierten en una fuerza ciudadana indispensable para la conservación.
@primerimpacto Una pareja convierte la caza de pitones en un verdadero trabajo y así ayudan a la conservación del ecosistema en Florida.
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Una amenaza que llegó como mascota
El origen de esta crisis ecológica es una lección sobre la responsabilidad humana. Las pitones birmanas, nativas del sudeste asiático, fueron introducidas en Florida como mascotas exóticas. Liberadas por dueños irresponsables o escapadas tras el paso de huracanes como Andrew en 1992, encontraron en los Everglades un paraíso para reproducirse sin control. Desde el año 2000, las autoridades y cazadores han logrado eliminar aproximadamente 23,500 de estas serpientes, pero la batalla está lejos de terminar, con avistamientos que se extienden desde Miami-Dade hasta Naples y el lago Okeechobee.
Las reglas del juego: cazar pitones en Florida con respeto
Para evitar un mal mayor, la caza de pitones está estrictamente regulada. El objetivo es proteger a las especies nativas, algunas de las cuales pueden confundirse con las invasoras. Las reglas son claras:
- No se permiten armas de fuego ni perros de caza. La captura debe ser selectiva.
- Está prohibido matar serpientes nativas o destruir sus huevos.
- Los cazadores novatos deben sacrificar las pitones humanamente en el lugar, mientras que solo los profesionales pueden transportarlas vivas.
Más que una simple competencia, el desafío es una herramienta educativa masiva que subraya la fragilidad de uno de los ecosistemas más ricos del planeta y el papel crucial que juegan los ciudadanos en su preservación.