El asesino del ícono de The Beatles fracasó en su decimocuarta audiencia de libertad condicional, donde la junta no encontró en él un «remordimiento genuino»



Mark David Chapman, el hombre que asesinó a John Lennon en 1980, declaró ante la junta de libertad condicional que su motivación para cometer el crimen fue un patético deseo de fama y reconocimiento. «Esto fue para mí y solo para mí, desgraciadamente, y tuvo todo que ver con su popularidad», confesó Chapman, de 70 años, durante su decimocuarta audiencia fallida en el Correccional de Green Haven.


El homicida, quien le disparó al miembro de The Beatles frente al edificio Dakota en Nueva York, describió su crimen como «completamente egoísta» y admitió que pensó: «No tengo que morir y puedo ser alguien. Había caído tan bajo». Aunque se disculpó por la «devastación» causada a los fans y amigos de Lennon, afirmando «Fue un ser humano», la junta determinó que Chapman carecía de «remordimiento genuino o empatía significativa» hacia las víctimas. Actualmente, pasa su tiempo en estudios bíblicos y jugando voleibol con otros reclusos. Su próxima oportunidad de libertad condicional será en 2027.














