Leonardo “Zambo’’ Perdomo no conoce el descanso.
Apenas unas semanas después de su contundente victoria de septiembre sobre el veterano Arnold Adams, el cubano ya se ha instalado en un nuevo campamento con la mira puesta en su regreso al ring el próximo 5 de diciembre en el Hard Rock Live de Fort Lauderdale, una de las plazas más importantes para el Bare Knuckle Fighting Championship (BKFC) en el sur de la Florida.
El triunfo sobre Adams representó más que una simple victoria en el récord de Perdomo. Fue la confirmación de que el “Zambo’’ está listo para medirse a la élite de los pesos pesados y que cada paso en su carrera lo acerca a la tan ansiada oportunidad mundialista.
Con su estilo agresivo y su poder de pegada, el cubano -que entrena con el profesor Pedro Roque en Miami- ha comenzado a despertar expectativas en una división siempre sedienta de figuras explosivas y que, salvo un par de veteranos con nombre, no tiene mucho que ofrecer en términos de expectativas.
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La pelea en el Hard Rock Live será clave no solo para mantener el impulso que trae Perdomo, sino también para seguir demostrando que su ascenso no es casualidad.
El Hard Rock se ha convertido en un escenario recurrente para grandes noches del boxeo y ahora Perdomo quiere dejar allí una marca que lo proyecte aún más hacia la cima.
En septiembre, cuando se midió a Adams, Perdomo no dejó dudas.
Controló el combate con autoridad y cerró la contienda mostrando la madurez de un peleador que ya no es una promesa, sino una realidad. Ese resultado lo colocó directamente en la conversación de los que están a las puertas de un título pesado.
La cercanía de una pelea de campeonato es evidente. Fuentes dentro del entorno del cubano reconocen que el plan es que diciembre sea el último paso antes de un choque titular.
Todo depende de cómo el antillano luzca en el Hard Rock, pero si se impone de manera convincente nadie podrá negar que está listo para el gran salto.
El propio “Zambo’’ lo sabe. Por eso ha comenzado su campamento con la seriedad de quien entiende que cada entrenamiento cuenta.
“Esta pelea es vital, tengo que lucir mejor que nunca porque estoy a las puertas de cumplir el sueño de cualquier boxeador: pelear por un título mundial’’, ha dicho en su entorno cercano.
Su equipo de trabajo también se ha reforzado buscando llevar al máximo sus capacidades físicas y técnicas.
Perdomo ha repetido en varias ocasiones que se siente en el mejor momento de su carrera, tanto en lo mental como en lo físico, y que este campamento será la prueba de fuego para demostrarlo.
Su estilo, basado en la presión constante y la búsqueda del nocaut, ha enamorado a la afición cubana y a la creciente fanaticada que lo sigue en Estados Unidos.
Su presencia en Fort Lauderdale asegura que el Hard Rock vibrará con una numerosa comunidad latina que ya lo ve como un futuro campeón mundial.
Faltan poco más de dos meses para el compromiso, pero ya se respira un aire de expectativa alrededor del campamento del “Zambo’’.
Con la confianza en alto y la meta bien clara, Perdomo sabe que diciembre puede ser la noche que lo catapulte a la élite del boxeo pesado y lo coloque frente al reto más grande de su vida: un cinturón mundial.
Lo que ocurra el 5 de diciembre no solo será un combate más. Será, muy posiblemente, el último escalón antes de que Perdomo escriba su nombre en la historia de los grandes pesos pesados.
