La Haya ha vivido un sábado de altercados. La Policía holandesa ha cargado contra varios manifestantes que protestaban en la ciudad contra las políticas migratorias. Con gases lacrimógenos y cañones de agua, los miles de congregados han sido dispersados después de varios incidentes violentos. La protesta, organizada por un activista de extrema derecha, se había convocado para exigir políticas migratorias más estrictas y medidas drásticas contra los solicitantes de asilo, poco más de un mes antes de una elección nacional.
Así, grandes grupos de manifestantes, muchos de ellos ondeando banderas holandesas y banderas asociadas a grupos de extrema derecha, se han enfrentado violentamente con la Policía, arrojando piedras y botellas, según ha adelantado la emisora NOS. Además, un coche policial ha sido incendiado y un grupo de manifestantes ha bloqueado brevemente una carretera cerca del lugar de la manifestación.
Los medios locales han informado de que los manifestantes también han roto varias ventanas en la sede del partido de centroizquierda D66, considerado por la extrema derecha como un partido que sirve a una élite progresista.
Por su parte, el populista antiinmigración Geert Wilders, que ganó las elecciones anteriores en los Países Bajos y en las últimas semanas mantuvo su liderazgo en las encuestas de opinión antes de las elecciones del 29 de octubre, no ha asistido a la concentración pese a haber sido invitado. En lugar de eso, ha condenado la violencia en X, diciendo que el uso de la fuerza contra la Policía es «totalmente inaceptable» y ha llamado a los involucrados «idiotas».










