La novela de Jake Paul contra Gervonta “Tank’’ Davis acaba de sumar un capítulo inesperado.
El duelo, que inicialmente tenía como destino la ciudad de Atlanta, terminó recalando en el Kaseya Center de Miami el próximo 14 de noviembre, en una velada que promete más espectáculo que ortodoxia y que será transmitida en vivo por Netflix.
La mudanza obedece a un detalle nada menor: la Comisión Atlética de Georgia no estaba dispuesta a aprobar un combate con semejante diferencia de pesos, pues Paul se ha movido en la órbita de las 200 libras, mientras Davis nunca ha pasado de las 140.
La petición de permisos y dispensas especiales estaba en agenda para este jueves, pero Most Valuable Promotions prefirió retirar el punto y buscar otra plaza.
Con Miami ya confirmada, los protagonistas no tardaron en encender la pólvora.
“Nueva ciudad, misma misión: buscar y destruir al Tanque’’, soltó Paul en un comunicado.
“Kaseya Center. Viernes 14 de noviembre. Traigo calor, y Miami verá cómo derribo a este elfo enojado mientras el mundo lo ve por Netflix’’.
Paul, convertido en una de las figuras más mediáticas del boxeo, ostenta marca de 12-1 con seis victorias consecutivas.
Su última trilogía de triunfos incluyó a Julio César Chávez Jr., Mike Tyson y Mike Perry, luego de haber cimentado su camino con nombres como Anderson Silva, Tyron Woodley y Ben Askren.
El otro lado de la moneda trae a un Davis (30-0-1) que carga con la amargura de un resultado polémico en marzo, cuando su defensa del cetro ligero de la AMB frente a Lamont Roach Jr. terminó en empate mayoritario.
En esa ocasión, “Tank” cayó de rodillas en el noveno asalto alegando un problema de visión causado por grasa de un reciente arreglo de cabello, lo que levantó más preguntas que respuestas en el mundo del boxeo.
Ahora, el oriundo de Baltimore se enfoca en un desafío atípico, donde su talento y explosividad tendrán que enfrentarse a un rival mucho más grande y pesado.
“Jake Paul ha estado escogiendo rivales fáciles en este deporte, pero esta vez se equivocó’’, advirtió Davis.
“Que empiece a perder peso, a correr tras gallinas y que rece para que eso le sirva el día de la pelea. Gracias a Netflix por darme la oportunidad de ponerle fin a este payaso’’.
El espectáculo está servido: un duelo disparejo, con ribetes de circo, pero cargado de morbo y de intriga.
Porque si algo ha demostrado el boxeo es que la lógica a veces queda en la puerta, y en Miami dos mundos distintos van a colisionar frente a todos.














