El régimen cubano ha anunciado que la inflación en Cuba hoy ha alcanzado su nivel más bajo en años, una afirmación que contrasta fuertemente con la dura realidad que enfrentan diariamente millones de cubanos. Mientras las cifras oficiales sugieren una moderación en el aumento de precios, las familias en la isla continúan luchando por sobrevivir ante precios inalcanzables en el mercado informal, salarios insuficientes y una economía que asfixia al ciudadano común.
La Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) informó este sábado que la inflación interanual en el mercado formal cubano se situó en mayo en un 16,43%. Según el organismo estatal, este es el nivel más bajo registrado desde el inicio de la pandemia. Esta cifra, aunque significativamente inferior al 31,11% reportado en mayo de 2024 (siempre según datos oficiales), sigue siendo considerablemente elevada y golpea con especial dureza a los sectores más vulnerables de la población, como trabajadores con salarios estatales, jubilados y familias de bajos ingresos.
IPC Mayo 2024: La ONEI informa los resultados del Índice de Precios al Consumidor del mes de mayo de 2024 en Cuba. Más información en https://t.co/u9pS9Z0kFj #CubaONEI #Cuba #Precios pic.twitter.com/qj601Hq5Jk
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Desglose de la Inflación Oficial: Sectores Más Afectados
En términos mensuales, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró un incremento del 0,83%, mientras que la variación acumulada en lo que va del año alcanzó el 7,45%. La ONEI también destacó un dato revelador: más del 90% de los ingresos de los cubanos se destinan a cubrir los productos y servicios incluidos en la canasta básica, la cual sirve de base para el cálculo del IPC oficial, aunque en la práctica esta canasta dista mucho de cubrir las necesidades fundamentales de una familia.
Por sectores, las alzas más pronunciadas se registraron en Bebidas alcohólicas y Tabaco, con un alarmante 119,79% interanual. Le siguieron Restaurantes y Hoteles (23,62%), Bienes y Servicios diversos (16,89%), Educación (16,83%) y Servicios relacionados con la vivienda (15,35%). Solo cuatro categorías mostraron aumentos por debajo del 10%: Recreación y cultura (7,94%), Transporte (5,54%), Salud (0,83%) y Comunicaciones (0,46%).
Según las propias estadísticas oficiales, la inflación en Cuba hoy es el resultado de un efecto acumulativo devastador: desde el año 2020, los precios se han triplicado. El IPC cerró 2021 con un impactante 77%, luego disminuyó al 39,07% en 2022, al 31,34% en 2023 y al 24,88% en 2024. Entre los productos que más presionaron al alza los precios mensuales en la crucial división de “Alimentos y bebidas no alcohólicas” destacan el arroz, los huevos de gallina y la carne de cerdo. Estos alimentos, esenciales en la dieta del cubano promedio, tuvieron un impacto significativo en la variación del índice general, reflejando no solo su peso en el consumo diario, sino también la crónica inestabilidad de su disponibilidad y precio tanto en el mercado formal como en el informal.
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La Inflación Real: El Desajuste con el Mercado Informal
Sin embargo, la percepción generalizada de la ciudadanía es que la inflación real es mucho más alta que la reconocida por las autoridades. Este notable desajuste se debe, en gran medida, a que el índice oficial no logra captar adecuadamente el comportamiento del mercado informal. Este mercado paralelo, que a menudo está mejor abastecido que el sistema estatal, opera con precios que se disparan sin control ni regulación alguna, regido por la ley de la oferta y, sobre todo, la desesperación de la demanda.
Cuba atraviesa actualmente una de sus peores crisis económicas en décadas, una situación agravada por el colapso del sistema energético nacional, la escasez generalizada de alimentos, medicinas y combustible, la creciente dolarización de facto de la economía y los prolongados apagones que afectan todos los aspectos de la vida diaria. Esta crisis multidimensional, que se arrastra desde hace más de cinco años, se ha intensificado por una combinación de factores: el impacto de la pandemia de la COVID-19, el endurecimiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos bajo la administración Trump y, de manera crucial, las políticas económicas y monetarias fallidas implementadas por el propio régimen cubano, aunque estas últimas rara vez son reconocidas abiertamente por el gobierno.
Este asfixiante contexto ha alimentado un profundo malestar social, manifestado en protestas inéditas en la historia reciente de la isla y en una ola migratoria masiva que no cesa, reflejando la desesperación de una población que ve cómo sus condiciones de vida se deterioran día a día. Los intentos del gobierno por controlar la inflación en Cuba hoy, como inspecciones y topes de precios, han demostrado ser insuficientes y no han logrado aliviar la carga sobre los ciudadanos.