Una firme Alemania Respuesta Rubio se produjo este viernes desde el Ministerio de Exteriores germano, rechazando las duras críticas del político estadounidense (identificado erróneamente como Secretario de Estado en la fuente original) sobre la decisión de Berlín de aumentar la vigilancia sobre el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
Rubio había calificado la medida como “tiranía disfrazada”, pero Alemania defendió su actuación como una salvaguarda democrática basada en lecciones históricas.
«Hemos Aprendido de Nuestra Historia»: La Defensa Alemana
A través de su cuenta oficial en X (anteriormente Twitter), la diplomacia alemana (@GermanyDiplo) respondió directamente a las acusaciones, enfatizando la naturaleza democrática y legal de la medida.
Sorry @JDVance1 and @marcorubio, this is democracy at work.
— German Foreign Office (@GermanyDiplo) May 2, 2025
Based on a thorough and independent investigation by our domestic intelligence service, our constitutional state is protecting itself against threats from within.
We have learned from our history that right-wing… https://t.co/JvA0q1h2N3
“Esto es democracia en funcionamiento”, afirmó la Cancillería, explicando que la decisión es el resultado de una investigación “exhaustiva e independiente” por parte de su servicio de inteligencia nacional (la Oficina Federal para la Protección de la Constitución – BfV). El objetivo, recalcaron, es proteger la Constitución y el Estado de derecho frente a “amenazas internas”. La contundente Alemania Respuesta Rubio culminó con una frase cargada de significado histórico: “Hemos aprendido de nuestra historia que el extremismo de derecha debe ser detenido”.
La Decisión: AfD Clasificado como Extremista
El detonante de la controversia fue la decisión formal de la BfV de clasificar al partido AfD como una organización “sospechosa” de extremismo de derechas. Esta calificación no es meramente simbólica; otorga a la agencia de inteligencia la potestad legal para utilizar herramientas de vigilancia más intrusivas sobre el partido, como el uso de informantes encubiertos, la interceptación de comunicaciones y otras formas de monitoreo de sus actividades y miembros.
Críticas desde Estados Unidos
La reacción de Marco Rubio fue inmediata y muy crítica. En la plataforma X, denunció que “Alemania acaba de otorgar a su agencia de espionaje nuevos poderes para vigilar a la oposición”. Rubio defendió al AfD y contraatacó, señalando que lo verdaderamente extremista, a su juicio, son “las letales políticas de inmigración de fronteras abiertas” del actual gobierno de coalición alemán (liderado por socialdemócratas, verdes y liberales).
A las críticas de Rubio se sumaron otras figuras conservadoras estadounidenses como el senador JD Vance y el magnate tecnológico Elon Musk, propietario de X, quien ha mostrado simpatía y ha promovido mensajes del AfD en su plataforma. Esta intervención externa en la política interna alemana generó la directa Alemania Respuesta Rubio y Vance por parte del Ministerio de Exteriores.
AfD Denuncia un «Golpe a la Democracia»
El partido Alternativa para Alemania (AfD), que obtuvo un significativo segundo lugar en las elecciones de febrero, ha sido señalado por la inteligencia alemana por “despreciar la dignidad humana” y por su constante agitación contra migrantes y refugiados. Sus líderes, Alice Weidel y Tino Chrupalla, rechazaron la clasificación de la BfV, calificándola como un “golpe severo a la democracia” y anunciaron que emprenderán acciones legales contra la medida.
Contexto Histórico y Político
Esta polémica surge en un momento sensible, cercano al 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, un evento que marcó profundamente la conciencia política alemana y su compromiso con la defensa de la democracia frente a extremismos. Además, ocurre en medio de un panorama político alemán en movimiento, con la posibilidad de que el conservador Friedrich Merz (CDU) pueda aspirar a la cancillería en futuras elecciones.
La decisión de vigilar al AfD y la firme Alemania Respuesta Rubio demuestran que el llamado «Brandmauer» (muro de contención), el consenso político alemán para aislar a la ultraderecha e impedir su acceso al poder institucional, se mantiene, por ahora, vigente, a pesar de las crecientes presiones internas y las críticas externas.