Los servicios ferroviarios, de ómnibus y aéreos hacia y desde seis provincias permanecen suspendidos indefinidamente, agravando la crisis humanitaria y dificultando el envío de ayuda.
El oriente de Cuba enfrenta un colapso total de su sistema de transporte como consecuencia de los severos daños infligidos por el huracán Melissa. Las autoridades del régimen anunciaron la suspensión indefinida de todos los servicios ferroviarios, por carretera y aéreos que conectan con las provincias de Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Guantánamo, Las Tunas y Camagüey, dejando efectivamente aislada a una vasta región del país.



Entre los trenes cancelados se encuentran las principales rutas nacionales, como el Tren 11 de La Habana a Santiago de Cuba y el Tren 13 a Guantánamo. La Empresa de Ómnibus Nacionales y VIAZUL también suspendió todos sus viajes, incluyendo los de carga, mientras que los aeropuertos Antonio Maceo en Santiago de Cuba y Frank País en Holguín permanecen inoperantes. Esta paralización, unida a carreteras colapsadas y puentes dañados, no solo impide la reunificación familiar sino que también obstaculiza críticamente la llegada de ayuda humanitaria, medicamentos y alimentos a las comunidades más afectadas, exacerbando la emergencia sobre el terreno.















