Un hombre de avanzada edad fue inmovilizado por vecinos en un poste de electricidad, en un acto de justicia ciudadana que evidencia la desesperación ante la inacción policial frente a la creciente inseguridad.
La frustración y la impotencia ante el aumento de la delincuencia llevaron a un grupo de ciudadanos en Santiago de Cuba a tomar la justicia por sus propias manos. Un hombre mayor, de aproximadamente 70 años y a quien identifican como «El Racho», fue amarrado a un poste del tendido eléctrico tras ser acusado de estafar a residentes de la zona de Vargas.
Los gritos de «¡Mírenlo bien, este es el estafador!» resonaron mientras los presentes grababan el incidente, un testimonio crudo de cómo la población se ve forzada a actuar ante la percepción generalizada de abandono por parte de las autoridades. Este acto de justicia vecinal subraya un reclamo creciente: la incapacidad o desinterés del Estado para garantizar la seguridad básica, lo que deja a los cubanos en una situación de vulnerabilidad extrema y los empuja a medidas desesperadas para protegerse.














