Eduardo Sotomayor, descrito como un hombre alegre y trabajador, falleció en Austin, dejando atrás a una pequeña hija y una familia que lucha por darle sepultura en su Santiago de Cuba natal.
La comunidad cubana botho en Texas como en la isla está consternada por el fallecimiento del joven Eduardo Sotomayor, originario de Palmarito de Cauto, Santiago de Cuba, quien murió en Austin, Texas, el 9 de octubre. El joven, descrito por amigos y familiares como una persona buena, alegre y siempre dispuesta a ayudar, era padre de una niña pequeña. Según comentarios de allegados en redes sociales, su muerte habría sido un suicidio, un hecho que ha generado una ola de dolor y reflexión sobre las presiones emocionales que enfrentan los migrantes. Eduardo había construido una nueva vida en Estados Unidos, donde trabajaba en un McDonald’s y, gracias a su dominio del inglés, solía ayudar a sus compañeros en la ventanilla.
Su familia en Cuba ahora se enfrenta a la desgarradora tarea de reunir fondos para repatriar su cuerpo a la isla, un proceso que puede superar los 20,000 dólares. A través del portal La Tijera News, se ha compartido un número de Zelle para donaciones, pidiendo a los colaboradores que escriban la palabra «Familia» en el mensaje. El debate sobre los altos costos de la repatriación versus la cremación se ha abierto entre los usuarios, pero muchos insisten en que «los pobres también tienen derecho a un entierro digno» y que Eduardo merece descansar en su tierra. La tragedia ha dejado al descubierto el lado más humano de la diáspora, uniendo a la comunidad en el duelo y el apoyo mutuo.














