La paralización retrasa informes clave y amenaza con ahondar la desaceleración en la creación de empleo, en un escenario de señales económicas contradictorias.
El cierre del Gobierno federal no solo deja en suspenso a cientos de miles de trabajadores, sino que también pospone la divulgación de datos esenciales para entender la realidad económica del país, en un momento particularmente delicado para el mercado laboral.
El informe de empleo de septiembre, originalmente programado para este viernes, ha sido retrasado indefinidamente. Los analistas esperaban que mostrara la creación de 50.000 nuevos puestos, una cifra modesta en comparación con el auge de contratación posterior a la pandemia, cuando se generaban 400.000 empleos mensuales.
Según revisiones recientes del Departamento de Trabajo, entre marzo de 2023 y marzo de 2024 la economía creó 911.000 empleos menos de lo reportado inicialmente, lo que reduce el promedio mensual a apenas 71.000 en ese periodo. Desde marzo, la cifra ha caído aún más, a 53.000 al mes.
“La economía está al filo de la navaja”, afirmó Michael Linden, del Washington Center for Equitable Growth. “Los datos económicos apuntan en distintas direcciones. El crecimiento del PIB en el segundo trimestre fue fuerte, pero es difícil saber en qué medida se debió simplemente a un rebote del PIB increíblemente débil del primer trimestre”.
Aunque programas como el Seguro Social y Medicare no se verán interrumpidos, el cierno prolongado podría afectar el consumo y la confianza, especialmente si se materializan los despidos masivos que ha insinuado la administración Trump.














