Díaz-Canel reconoce la falta de un plan sostenible para resolver el problema, mientras más de mil circunscripciones continúan afectadas por la acumulación de desechos.
Un operativo de limpieza masiva permitió recoger más de 35 mil metros cúbicos de basura en la capital cubana durante el fin de semana, en un intento del gobierno por enfrentar la crítica situación sanitaria que afecta a la ciudad. Sin embargo, el esfuerzo resultó insuficiente, ya que más de mil circunscripciones permanecen sin atención.
El presidente Miguel Díaz-Canel, quien encabezó una reunión de seguimiento este lunes, admitió que la movilización no resolverá un problema estructural. “Hicimos un esfuerzo este fin de semana, pero no vamos a resolverlo todo. Habrá que seguir. Ya la gente vio una reacción. Ahora lo que todos se preguntan es cómo se va a sostener”, declaró.
El mandatario apeló a la “sistematización” de las acciones y al trabajo colectivo, aunque reconoció que en algunos barrios la respuesta ciudadana fue limitada. “Se ha movilizado una gran parte, pero algunos no han acudido y creen que otros tienen que resolver el problema”, señaló.
La basura acumulada en calles, solares y esquinas de La Habana representa un riesgo para la salud pública, especialmente durante las lluvias, cuando los desechos inundan viviendas, escuelas y hospitales. En septiembre, el ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Armando Rodríguez Batista, admitió la gravedad de la situación al afirmar que la basura “está regada por toda La Habana”.
A falta de soluciones de fondo, el gobierno insiste en campañas puntuales y en la responsabilidad ciudadana, mientras la población exige medidas duraderas y mayor transparencia en la gestión de los recursos.














