Un total de ocho barrios de Guantánamo continúan sin servicio eléctrico tras las intensas lluvias provocadas por Imelda que afectó fuertemente la provincia algunos días atrás.
El saldo de los daños fue presentado este jueves durante una reunión con autoridades locales, encabezada por el gobernante Miguel Díaz-Canel, quien estuvo de visita en algunas de las zonas más perjudicadas, según informó el periódico oficialista Venceremos.
Las afectaciones alcanzan diversos sectores: en la agricultura se reportan 371 hectáreas de viandas y granos dañadas, aunque continúa el acopio de café; en materia de salud persiste un alto índice de arbovirosis tras las lluvias.
El sector educativo también enfrenta complicaciones: de 380 escuelas revisadas, 13 presentan problemas estructurales y se evalúan alternativas para que los estudiantes no pierdan clases.
En cuanto a la vivienda, las mayores afectaciones se concentran en Ullao, donde la crecida del río Cuatro Motores provocó daños en 21 hogares.
Los recursos hidráulicos también fueron impactados, con varias conductoras dañadas.
En infraestructura vial, cinco puentes sufrieron daños, al igual que caminos rurales y vías férreas, entre ellas el tramo Guantánamo-Boquerón, cuya interrupción afecta el transporte de sal y la movilidad de la población.
La carretera Moa-Baracoa y otros 75 viales de montaña continúan intransitables o seriamente afectados.
Ante este panorama, las autoridades locales indicaron que la prioridad será recuperar, con la mayor inmediatez posible, los servicios e infraestructuras que impactan directamente la calidad de vida de la población.
Según el portal oficialista, junto al gobernante estaban otros altos funcionarios de la cúpula dictatorial, entre ellos Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro de la República de Cuba, y Inés María Chapman, Vice Primera Ministra.
Este “recorrido” no es más que otra escenificación cuidadosamente montada, en la que los funcionarios del régimen aparentan interesarse por los problemas del pueblo, mientras en realidad se limita la posibilidad de que las personas hablen con libertad sobre lo que verdaderamente están viviendo.














