Tragedia en iglesia de Michigan: Tirador provoca incendio mortal dejando al menos dos fallecidos y nueve heridos
GRAND BLANC TOWNSHIP, Mich. — Una mañana de culto dominical se tornó en una escena de terror y caos cuando un hombre armado irrumpió violentamente en una iglesia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, abriendo fuego contra los feligreses y provocando un incendio que consumió el edificio, según informaron las autoridades locales. El saldo preliminar es de al menos dos personas muertas y nueve heridas, pero se teme que la cifra de víctimas mortales aumente significativamente.
El ataque se desencadenó alrededor de las 10:25 a.m. de este domingo, cuando el sospechoso, identificado como un hombre de 40 años residente de la cercana Burton, embistió las puertas principales del templo con su camioneta, la cual lucía dos grandes banderas estadounidenses en la parte trasera. Testigos relataron que, acto seguido, el individuo descendió del vehículo y comenzó a disparar indiscriminadamente con un rifle de asalto contra quienes acudían a prestarle ayuda, creyendo inicialmente que se trataba de un accidente.
«Al principio pensamos que alguien se había estrellado accidentalmente contra la iglesia, así que salimos a ayudarlo», relató un testigo anónimo a la cadena Fox 2 Detroit. Paul Kirby, de 38 años, fue uno de aquellos que salió corriendo. «Empezó a dispararme», declaró Kirby al New York Times, añadiendo que una bala atravesó una puerta de cristal cercana y fragmentos de metralla alcanzaron su pierna.
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El caos se intensificó cuando el atacante prendió fuego al edificio. Imágenes aéreas mostraron la estructura completamente envuelta en llamas, con densas columnas de humo negro elevándose sobre este tranquilo suburbio de Flint. Las autoridades confirmaron la presencia de múltiples artefactos explosivos improvisados (IED) en el lugar, por lo que un escuadrón antibombas se encuentra realizando las pericias correspondientes.
«Creemos que había personas cerca del incendio y que no pudieron salir de la iglesia. Por lo tanto, creemos que tendremos más víctimas una vez que podamos registrar el lugar», afirmó el jefe de policía de Grand Blanc, William Renye, en una conferencia de prensa. El pistolero falleció posteriormente en un enfrentamiento con agentes de la policía local y del Departamento de Recursos Naturales que respondieron a la emergencia.
Entre el centenar de feligreses que se encontraban en el interior durante el tiroteo —iniciado justo después del himno congregacional— se cuentan historias de desesperación y huida. Kirby relató cómo logró encontrar a su esposa e hijos, quienes junto a otros escaparon por la parte trasera de la iglesia, subiendo a cuantas personas cupieron en su automóvil para alejarse a toda velocidad. «Nunca había sentido tanto miedo», confesó.
La solidaridad y el dolor se extendieron rápidamente. En la red social X, el director del FBI, Kash Patel, calificó la violencia en un lugar de culto como un «acto cobarde y criminal», y confirmó que agentes federales se encuentran colaborando en la investigación. Por su parte, la fiscal general Pam Bondi se declaró «desgarrada» por los hechos, al tiempo que la gobernadora Gretchen Whitmer emitió un comunicado solidarizándose con la comunidad y condenando el «atroz acto de violencia».
En un mensaje publicado en Truth Social, el presidente Donald Trump afirmó haber sido informado sobre el «horrendo» tiroteo, describiéndolo como «otro ataque dirigido contra cristianos en Estados Unidos» y llamando a poner fin a «esta epidemia de violencia».
La iglesia emitió un comunicado confirmando el «trágico acto de violencia» durante sus servicios y solicitando la cooperación con las autoridades a medida que se avance en la investigación. Mientras los residentes son instados a evitar la zona, la comunidad de Grand Blanc y el país entero se preparan para un recuento final de víctimas que, se teme, podría ser mucho más grave.
