La reciente visita del Primer Ministro Manuel Marrero a la provincia de Granma constituye un estudio de caso emblemático sobre la brecha existente entre el discurso oficial y la realidad cotidiana que enfrentan los cubanos. Durante su recorrido por instalaciones económicas y sociales en Bayamo y otros municipios, el alto funcionario empleó una retórica cargada de expresiones como «pueblo guapo y faja’o» y «luchar junto al Partido», mientras las soluciones concretas a problemas críticos brillaron por su ausencia.

El análisis de las declaraciones de Marrero revela un patrón recurrente en la comunicación gubernamental: la sustitución de planes específicos por consignas genéricas. Frente a problemas tan concretos como los apagones programados que afectan a la población, el primer ministro se limitó a pedir «estrategias para un esquema de rotación de circuitos apagables», sin aportar calendarios, metas verificables ni parámetros de cumplimiento. Esta vaguedad programática contrasta con la urgencia de una población que lleva años sufriendo interrupciones eléctricas que afectan desde la conservación de alimentos hasta el funcionamiento de servicios esenciales.
La Parálisis de Proyectos Estratégicos: El Caso de la Planta de Oxígeno Medicinal
Uno de los ejemplos más elocuentes de esta desconexión entre retórica y acción se observa en la paralización de la planta de oxígeno medicinal de Bayamo, crucial para el oriente del país. El proyecto permanece estancado al 45% de ejecución por falta de financiamiento, situación que Marrero reconoció sin ofrecer soluciones concretas. Su llamado a «preservar lo ejecutado» y buscar «vías de acceso monetario» careció de elementos fundamentales: fuente específica de recursos, ruta de contratación o fecha estimada de puesta en marcha.

La importancia de esta planta trasciende lo económico: con una capacidad prevista de 30 toneladas diarias, su funcionamiento sería vital para hospitales y centros de salud en una región donde la crisis sanitaria se agrava por la escasez de insumos médicos. La paralización de esta obra evidencia cómo la falta de planificación financiera afecta directamente la calidad de vida de la población.

El Dilema Habitacional: Cifras que Hablan por Sí Solas
En el sector de la vivienda, el reconocimiento de que más de 110,000 viviendas están en mal estado y 30,000 tienen pisos de tierra en Granma debería haber merecido una respuesta proporcional a la magnitud del problema. Sin embargo, las soluciones propuestas -«producción de materiales propios» y «transformación de contenedores en viviendas»- parecen insuficientes frente a un déficit que requiere inversiones masivas y estrategias integrales.
Expertos en desarrollo urbano consultados para este análisis coinciden en que la crisis habitacional en Cuba necesita soluciones estructurales, no paliativos. La arquitecta María Elena Fernández, especialista en vivienda social, señala que «las soluciones basadas en autoconstrucción y reciclaje de contenedores pueden ayudar en el margen, pero no resuelven un problema que requiere financiamiento sostenido, acceso a materiales de construcción y actualización del marco legal sobre propiedad y construcción».
La Percepción Ciudadana: Escepticismo y Desencanto
La reacción de la población granmense ante la visita de Marrero refleja un creciente desencanto con la clase política. Varios residentes entrevistados por este medio -que pidieron mantener su anonimato por temor a represalias- coincidieron en señalar la naturaleza cosmética de estas visitas oficiales. «Siempre que vienen los dirigentes, mejora temporalmente el servicio eléctrico y se arreglan algunas calles, pero una vez que se van, todo vuelve a la normalidad de abandono», comentó un maestro de Bayamo con 30 años de experiencia.
Este escepticismo encuentra fundamento en la historia reciente de visitas gubernamentales que no han generado mejoras duraderas. La población ha desarrollado una aguda capacidad para distinguir entre la retórica oficial y los cambios reales, percibiendo estas giras más como ejercicios de relaciones públicas que como genuinos esfuerzos de resolución de problemas.
El Contraste con la Crítica Especializada
Mientras Marrero elogiaba el «Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía», economistas independientes como Pedro Monreal han señalado reiteradamente que las medidas implementadas no only no corrigen las distorsiones mencionadas, sino que en muchos casos las profundizan. La falta de correspondencia entre el diagnóstico oficial y las políticas aplicadas sugiere either una subestimación de la gravedad de la crisis o una falta de voluntad para implementar cambios estructurales.
Implicaciones para la Gobernabilidad
La brecha entre retórica y realidad tiene consecuencias profundas para la gobernabilidad en Cuba. Cuando la población percibe que sus líderes no abordan de manera efectiva problemas críticos como los servicios eléctricos, el acceso al agua o la crisis habitacional, se erosiona la confianza en las instituciones y se debilita el contrato social. Esta erosión puede manifestarse en formas que van desde la apatía política hasta el aumento de la migración o, en casos extremos, el estallido social.
La visita de Manuel Marrero a Granma, analizada en profundidad, revela thus un patrón preocupante: la sustitución de la acción concreta por la retórica vacía. Mientras los funcionarios hablan de «victoria» y «salir adelante», la población enfrenta diariamente la realidad de servicios públicos colapsados y oportunidades económicas limitadas. cerrar esta brecha requeriría no solo un cambio en el estilo comunicacional, sino sobre todo una transformación profunda en la capacidad de ejecución y rendición de cuentas del aparato estatal.
En última instancia, el caso de Granma sirve como microcosmos de un desafío nacional: la necesidad de alinear el discurso oficial con la experiencia ciudadana. mientras esta desconexión persista, las visitas de altos funcionarios seguirán siendo percibidas como ejercicios de simulación rather than como oportunidades genuinas de transformación social.














