El gobierno cubano aprobó subsidios y créditos para viviendas dañadas, pero la población cuestiona cómo se implementarán en medio de la escasez y la crisis económica.
El Consejo de Ministros de Cuba anunció un paquete de «medidas emergentes» destinadas a paliar los severos daños causados por el huracán Melissa en el oriente del país. Según la resolución oficial, publicada en Gaceta Oficial, el gobierno financiará el 50% del costo de los materiales de construcción para viviendas con daños totales o parciales, permitirá el acceso a créditos bancarios y subsidios, y cubrirá el diferencial de las tasas de interés para los préstamos destinados a la reconstrucción.
La medida, firmada por el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, busca aliviar la crítica situación de miles de damnificados. Sin embargo, entre la población afectada surgen preguntas y escepticismo sobre la viabilidad real de estas disposiciones. «¿Cómo pagarán el otro 50% quienes lo han perdido todo? ¿Dónde conseguirán materiales si no hay en el país? ¿Créditos bancarios en medio de una crisis económica profunda?», son algunas de las interrogantes que circulan, reflejando la desconfianza ante la capacidad del Estado para ejecutar eficazmente estas ayudas en un contexto de escasez generalizada y desabastecimiento.













