En una serie de declaraciones que desataron una fuerte polémica, la ministra de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, Marta Elena Feitó Cabrera, negó categóricamente la existencia de mendigos en Cuba. Durante una sesión del parlamento del régimen, la funcionaria aseguró que las personas en situación de calle son en realidad actores que han encontrado un «modo de vida fácil» para no trabajar.
«No Son Mendigos, Están Disfrazados»: La Versión Oficial
La ministra Feitó Cabrera describió a las personas que piden limosna o buscan en la basura no como víctimas de la crisis, sino como impostores y delincuentes. Sus afirmaciones pintan un panorama que contrasta radicalmente con la evidencia diaria en las calles de la isla.
“Hemos visto personas aparentemente mendigos, cuando usted le mira las manos, cuando usted le mira las ropas que llevan esas personas están disfrazados de mendigos. No son mendigos, en Cuba no hay mendigos”, sentenció la ministra.
La funcionaria llegó a criminalizar a quienes buscan recursos en los contenedores, a quienes popularmente se les llama «buzos», afirmando que no buscan comida sino que son «ilegales del trabajo por cuenta propia» que «están violando el fisco» al recuperar materia prima.
La Realidad de los Datos vs. el Discurso Oficialista
Las palabras de Feitó Cabrera chocan frontalmente con los informes de múltiples observatorios independientes y con sus propias declaraciones anteriores. Mientras la ministra niega la existencia de mendigos en Cuba, los datos muestran una realidad alarmante:
- 89% de Pobreza Extrema: Según el último informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), casi nueve de cada diez familias cubanas viven en la pobreza extrema.
- El País Más Pobre de América Latina: La firma DatoWorld indicó que Cuba lidera la región con un índice de pobreza del 72%.
- La Economía Más Miserable: El economista Steve H. Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, catalogó a Cuba como el país con la economía más miserable del mundo.
Irónicamente, en febrero de este mismo año, la propia ministra había admitido ante Miguel Díaz-Canel la existencia de 1,236 comunidades en situación de miseria en el país, aunque aseguró que el 96% de esos problemas estaban en «proceso de transformación».
Criminalización de la Pobreza y Falta de Soluciones
En lugar de abordar las causas estructurales de la crisis, como la ineficacia económica, la inflación y el desabastecimiento, el discurso oficial se centra en estigmatizar a los más vulnerables. La ministra calificó a quienes limpian parabrisas en los semáforos como personas que buscan «una vida fácil» para luego «tomar bebidas alcohólicas».
El protocolo del gobierno para las personas con «conducta deambulante» se enfoca en su reubicación en centros de protección, una medida que ha sido criticada por ser más un método de control social que una solución real a la pobreza. La población, por su parte, reacciona con escepticismo y denuncia la falta de oportunidades y la precariedad salarial como las verdaderas raíces de una crisis que el gobierno se niega a nombrar.