La crisis de transporte en Santiago de Cuba ha alcanzado un punto crítico, sumiendo a la población en una lucha diaria por la movilidad. Con un parque vehicular obsoleto, una escasez crónica de combustible y repuestos, y rutas enteras paralizadas, el sistema de transporte público de la provincia se encuentra prácticamente colapsado, forzando a las autoridades a improvisar soluciones que apenas logran mitigar el problema.
La magnitud del deterioro es alarmante. Según datos oficiales, el sistema vial de la provincia está en un estado deplorable: 4,286 kilómetros de los 6,190 que componen la red (casi el 70%) se encuentran en condiciones regulares o malas. Este abandono de la infraestructura agrava aún más la operatividad de los pocos vehículos que quedan.
Un Sistema Paralizado: Las Cifras de la Crisis
Las estadísticas revelan un panorama desolador. De un total de 196 rutas de transporte en el territorio, solo 126 funcionan de manera intermitente, según reconoció el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila. La situación es especialmente grave en las zonas rurales de difícil acceso del Plan Turquino, donde la mayoría de las 89 rutas que antes operaban están hoy prácticamente inactivas por falta de neumáticos y baterías.
La cobertura estatal es mínima, y la dependencia de vehículos particulares o arrendados es total. El delegado provincial del Ministerio de Transporte, Jaime Codorniú, confirmó que apenas 23 rutas son cubiertas por estos medios alternativos, algunos de los cuales cumplen funciones tan esenciales como ambulancias o carros fúnebres, una prueba contundente del colapso estructural.
Soluciones Desesperadas: El Auge del «Transporte Solidario»
Ante la parálisis, han surgido medidas improvisadas como el llamado «transporte solidario». Esta iniciativa, que las autoridades buscan organizar, se inspira en una estrategia similar en la provincia de Guantánamo. Consiste en que taxistas y cuentapropistas ofrezcan viajes gratuitos en las primeras horas del día para aliviar la congestión en los puntos de mayor demanda. Sin embargo, esta y otras medidas, como la reubicación de 18 puntos de embarque, son paliativos frente a una crisis sistémica.
Incluso las alternativas más modernas, como los 20 triciclos eléctricos que mueven a unas 1,200 personas al día en la zona sur, se ven afectadas por la inestabilidad del suministro eléctrico nacional.
La Insuficiente Respuesta Oficial ante la Crisis de Transporte en Santiago de Cuba
El Ministerio del Transporte ha anunciado algunas medidas para el futuro cercano. Se espera la llegada de 20 microbuses nuevos de 14 plazas en julio para organizar cuatro rutas principales en la ciudad cabecera. Adicionalmente, se prepara un plan para el verano que incluye 21 vehículos estatales, 60 arrendados y medios locales como trenes y las tradicionales «guarandingas».
Mientras tanto, se confirmó la llegada de 100 microbuses Foton para La Habana, destinados a reemplazar unidades averiadas. Este hecho subraya que la crisis no es exclusiva de Santiago, sino un problema nacional que, según analistas de agencias como Reuters, se enmarca en una profunda contracción económica. Para los santiagueros, las soluciones anunciadas parecen lejanas e insuficientes para resolver una emergencia que define su vida cotidiana.