Una profunda conmoción se vive en el municipio Fomento, provincia de Sancti Spíritus, tras el asesinato de Rosi Santana, una joven madre cubana de 29 años. El presunto autor del crimen es su expareja.
El trágico suceso ocurrió el domingo en la Base de Campismo Popular La Hormiga, ubicada en la zona montañosa del Escambray. Este lugar, frecuentado por familias para el descanso, se convirtió en escenario de un acto de violencia extrema que ha horrorizado a la comunidad.
Detalles del Crimen en Campismo La Hormiga
Según publicaciones en redes sociales, como las de la usuaria Irma Broek y la página Reporte Cuba Ya, Rosi Santana recibió siete puñaladas. El presunto agresor fue identificado como Yoandri Alonso, alias «El Colorao», con quien la víctima habría mantenido una relación sentimental previa.

Lamentablemente, Rosi Santana falleció en el lugar de los hechos debido a la gravedad de las heridas. El crimen no solo ha destrozado a su familia, sino que también ha dejado a dos niños pequeños huérfanos de madre.

Hasta el momento de esta redacción, no se ha confirmado oficialmente si Yoandri Alonso ha sido detenido por las autoridades o si permanece prófugo.

Alarma por Feminicidios y Falta de Cobertura Oficial
La ausencia de información oficial sobre el asesinato de esta madre cubana en Sancti Spíritus ha incrementado la frustración entre allegados y la ciudadanía en general. Ni el Ministerio del Interior ni la Fiscalía General de la República se han pronunciado públicamente sobre el caso.
Este crimen se suma a una preocupante serie de asesinatos machistas en Cuba. Activistas y ciudadanos denuncian en redes la falta de respuestas institucionales ante la creciente violencia de género. Organizaciones independientes como Yo Sí Te Creo en Cuba y la plataforma Alas Tensas intentan llevar un registro de estos casos ante el silencio estatal, ya que el feminicidio no está tipificado como delito específico en la legislación cubana actual.
Violencia Machista: Un Peligro Latente Sin Protección Adecuada
El asesinato de Rosi Santana evidencia el grave peligro que corren muchas mujeres cubanas al intentar salir de relaciones abusivas. La falta de refugios para víctimas, protocolos policiales ineficaces y el estigma social dificultan la denuncia y la protección.
«El país entero tiene que saber lo que pasó», expresaba una usuaria en redes, reflejando la indignación generalizada. Los mensajes de condolencia se mezclan con el clamor por justicia y por una acción estatal que prevenga estas tragedias.
Mientras la sociedad cubana visibiliza cada vez más la violencia machista, la respuesta institucional sigue siendo insuficiente. El caso de la madre cubana asesinada en Sancti Spíritus vuelve a exponer la vulnerabilidad de las mujeres en un sistema que no aborda el problema de raíz.