El caso de Adrian Clouatre, un veterano de la Marina de Estados Unidos, expuso el drama humano detrás de las estrictas políticas migratorias de la administración Trump, cuando en un giro inesperado, ICE detiene a la esposa del veterano en medio de su cita para obtener la residencia permanente.
Un Arresto Inesperado Durante el Proceso de Residencia
La pesadilla para la familia Clouatre comenzó el 27 de mayo, cuando Paola, de 25 años y esposa de Adrian, fue arrestada por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La detención ocurrió en un edificio gubernamental del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), donde la pareja acudió para una cita de rutina en su proceso de solicitud de green card.
Paola, de origen mexicano, había ingresado a EE. UU. siendo menor y solicitado asilo. Sin embargo, tenía una orden de deportación emitida en 2018 que, según su esposo, ella desconocía por completo. «Ella llegó siendo niña, no sabía de ninguna orden. Si lo hubiera sabido, no estaría aquí», declaró Adrian a la agencia Associated Press (AP). En un instante, la esperanza de regularizar su estatus se transformó en la separación de su familia, que incluye dos niños pequeños: uno de menos de dos años y una bebé de tres meses.
La Lucha de un Veterano por su Familia
Mientras sus abogados presentaban una moción para reabrir el caso, Adrian, un veterano con discapacidad, se vio obligado a realizar viajes de ocho horas de ida y vuelta para visitar a su esposa en un centro de detención rural de ICE en Monroe, Luisiana. El caso evidenció cómo las directrices de la época redujeron la discrecionalidad en situaciones sensibles.
«Es una forma terrible de tratar a un veterano», expresó Carey Holliday, exjuez de inmigración y abogado de la familia Clouatre.
Un Patrón de Actuación: El Caso de Shirly Guardado
El de los Clouatre no fue un caso aislado. De forma similar, Shirly Guardado, esposa del sargento Ayssac Correa, fue deportada a Honduras en mayo de ese mismo período mientras tramitaba su residencia bajo un programa de protección para familiares de militares (PIP). Guardado, madre de un niño estadounidense, fue arrestada sin orden judicial y deportada sin audiencia el día de su cumpleaños.
La situación dejó a su esposo ante una decisión desgarradora: continuar sirviendo al país que separó a su familia o abandonar su carrera militar para reunirse con ellos.
«Me siento completamente decepcionado. Siento que el país al que tanto le he dado me ha apuñalado por la espalda», recalcó el sargento Correa.
Ambos casos reflejaron una profunda desconexión entre la política migratoria de ese momento y el compromiso con quienes defienden a Estados Unidos, exponiendo a las familias de militares a una vulnerabilidad sin precedentes.