Una joven cubana se armó de valor y confrontó cara a cara a un presunto estafador, luego de que este hombre intentara engañarla durante la supuesta compra de un celular en un hospital de Santiago de Cuba. El incidente ha puesto de manifiesto las nuevas modalidades de estafa de celular en Cuba y la audacia de los delincuentes.
El Enfrentamiento en el Hospital de Contramaestre
Ruth Arianna Camejo, la joven afectada, no dudó en denunciar el incidente en sus redes sociales, donde compartió un video en el que se la ve encarando al individuo en el área exterior del Hospital General Orlando Pantoja Tamayo, en el municipio de Contramaestre, Santiago de Cuba. El suceso tuvo lugar el pasado sábado, cuando Camejo le reclamó al hombre por su intento de robarle el teléfono móvil que habían acordado venderle.

«Hago esta denuncia pública para que lo que yo pasé hoy no les pase a ustedes», escribió Camejo en el grupo de Facebook REVOLICO (Tercer Frente Oriental). Explicó que el hombre se había comunicado previamente con su novio para la compra de un teléfono Samsung. Como su novio había viajado a La Habana, Ruth se encargó del negocio.

El supuesto comprador afirmó ser médico y la citó en el hospital. La joven relató que lo encontró en el cuerpo de guardia y él la llevó a una «salita en la parte de atrás, donde se hace ultrasonido». El hombre alegó que el teléfono era para su hija que cumplía 15 años y que necesitaban esperar a una amiga para revisarlo, ya que «él no sabía nada». Ruth cometió el error de entregarle el cargador para la prueba, y «el hombre se fue con el celular por la parte de atrás y jamás volvió con dicho teléfono», según su testimonio.

Al darse cuenta del engaño, Ruth salió desesperadamente en su búsqueda. «El hombre ya iba por la piquera de los coches, muy tranquilo, y salí corriendo y le dije una pila de cosas porque estaba en mi derecho, porque jamás volvió a devolverme el teléfono», alegó. Finalmente, ambos subieron al cuerpo de guardia del hospital, y el celular apareció cargando en la sala, delante del local de ultrasonido. Ruth está convencida de que era un intento de estafa de celular en Cuba con un modus operandi de «robo entre dos», donde una persona se llevaría el celular mientras la otra distraía, aunque en este caso «eso no pasó» gracias a su reacción.
Características del Estafador y Advertencias de la Víctima
La joven describió al individuo como «morenito bajito, de mediana estatura, de pelado bajito de pelo malo, de más o menos 27 años», y señaló que vestía una «enguatada azul» y llevaba un cubrebocas. A lo largo del altercado, el hombre «jamás quiso quitarse las gafas y el nasobuco», lo que levantó sospechas adicionales, confirmadas cuando Ruth preguntó y «nadie lo conoce como médico» en el hospital.
A pesar del mal momento vivido, Ruth logró recuperar su teléfono. Por ello, lanzó una advertencia a la población: «No vayan solos a hacer negocios ni tampoco le den nada a nadie para que no pasen lo que pasé yo». La situación se agravó cuando el sujeto la llamó después por número privado y la amenazó con acusarla por sus acciones, lo cual la joven documentó con capturas de pantalla publicadas junto a su post.

Ruth se defendió rotundamente: «¿¿¿¿Hacer qué???? Reclamar un teléfono, que se fue sin dar la cara, pues, aquí estoy, muchas personas del hospital vieron todo y saben lo que pasé, no fue mentira», sostuvo, reafirmando su derecho a reclamar.
Incremento de Estafas en Cuba: Un Fenómeno Preocupante
El caso de Ruth Arianna Camejo ilustra una modalidad de estafa que parece estar en aumento, aprovechando la confianza generada por las transacciones acordadas en redes sociales o por vía telefónica. Las estafas en Cuba han experimentado un incremento vertiginoso en los últimos años, y los delincuentes idean constantemente formas ingeniosas para ganarse la confianza de sus víctimas y timarlas, explotando especialmente el creciente uso de las plataformas digitales para el comercio informal.
Este aumento de la delincuencia y las estafas está generando un clima de inseguridad y desconfianza en la población cubana. Las personas están cada vez más alertas y temerosas al realizar transacciones o interactuar en espacios públicos, lo que impacta negativamente en su calidad de vida. A menudo, la inacción o la percepción de ineficacia por parte de las autoridades ante estos delitos ha llevado a que la población, en muchos casos, intente tomar la justicia por su propia mano, como se ha visto en múltiples incidentes recientes en Santiago de Cuba. La falta de una respuesta estatal contundente y preventiva agrava esta situación, dejando a la población con pocas opciones reales para protegerse de este tipo de fraudes.