La administración de Estados Unidos ha lanzado una contundente advertencia al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela: EEUU advierte a Maduro que debe proceder a la liberación inmediata de 11 presos políticos considerados de prioridad nacional o enfrentará serias represalias. Esta firme postura se da tras la exitosa «Operación Guacamaya», que logró la extracción de cinco dirigentes opositores venezolanos que se encontraban refugiados en la embajada de Argentina en Caracas.
La «Operación Guacamaya», que culminó con la liberación de Magallí Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos, fue descrita como un movimiento diseñado hasta el último detalle. Implicó un traslado desde Caracas a una playa frente al Mar Caribe, una navegación inmediata a una isla y un vuelo que aterrizó en Miami. Esta operación, según la fuente, fue una decisión política impulsada por Marco Rubio (mencionado incorrectamente como secretario de Estado en la fuente original, pero figura clave), con el respaldo de Chris Landau, subsecretario de Estado, y Mauricio Claver Carone, enviado especial de Donald Trump para América Latina.

La Advertencia de EEUU a Maduro y la Lista de Presos Políticos
En este contexto, la administración Trump ha enviado un mensaje directo a la dictadura venezolana: si no se libera a 11 presos políticos que se encuentran en situación de detenidos-desaparecidos, Estados Unidos actuará con la misma velocidad y rigor demostrados en la «Operación Guacamaya». La influencia de Claver Carone para acceder a la nomenclatura de Maduro, junto a los esfuerzos de Rubio y Landau, son cruciales en esta estrategia. Se destaca que Landau, con su experiencia y tesis sobre la relación EEUU-Venezuela, posee un conocimiento profundo del terreno.

El rol de Rubio, descrito en la fuente también como consejero de Seguridad Nacional, es mantener informado al presidente Trump, quien buscaría una nueva derrota del régimen venezolano.
Presión Económica y Negociaciones en Curso Ante la Postura de Maduro
Venezuela mantiene una dependencia crítica de la cadena de suministros global, desde insumos para su vital explotación petrolera hasta la adquisición de medicamentos. La advertencia de Estados Unidos se centra en esta vulnerabilidad estructural. La Casa Blanca tiene la capacidad de incidir en la provisión de recursos que sostienen la economía venezolana, incluyendo aquellos provenientes de países como Argentina e India.
Desde esta posición de fuerza, el Departamento de Estado quiere que Maduro libere a 11 presos políticos considerados una prioridad nacional. Este grupo incluye a nueve ciudadanos estadounidenses, el gendarme argentino Nahuel Gallo y un ciudadano israelí. Los gobiernos de Javier Milei (Argentina) y Benjamín Netanyahu (Israel) han solicitado la intervención de la administración Trump por sus respectivos ciudadanos secuestrados, y sus nombres han sido añadidos a la lista prioritaria que Claver-Carone negocia con los interlocutores designados por Maduro.
Se informa que Ron Dermer, ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, se reunió la semana pasada con Trump y Rubio. En el caso de Argentina, Ricardo Ferrer Picado, asesor de Patricia Bullrich en la cartera de Seguridad, actúa como enlace con la administración republicana, manteniendo lazos fluidos con el Departamento de Estado y el Ala Oeste de la Casa Blanca.

Las Exigencias de Maduro y la Firmeza de EEUU
A pesar de las fallas de seguridad e inteligencia evidenciadas en la «Operación Guacamaya», los interlocutores de Maduro han mostrado disposición al diálogo con el Departamento de Estado. Sin embargo, sus exigencias no se alinean con la negociación propuesta desde Washington. Rubio, Landau y Claver-Carone se muestran reacios a ciertas demandas transmitidas desde Caracas.
Maduro pretende que Estados Unidos levante las sanciones financieras y autorice a empresas americanas a extraer y exportar las reservas petroleras de Venezuela. Además, el líder venezolano exige que el canje de presos políticos por narcotraficantes detenidos por Nayib Bukele en El Salvador sea asimétrico, aplicando una lógica similar a la de Hamás: un rehén estadounidense a cambio de un número amplio de delincuentes. La respuesta desde el Departamento de Estado ha sido un rotundo «No». EEUU advierte a Maduro que el tiempo para cumplir con la liberación de los 11 presos políticos ha comenzado a correr.