El gobierno de Estados Unidos posee la facultad de iniciar un proceso para anular la naturalización de un inmigrante, una medida conocida como desnaturalización o revocación de ciudadanía estadounidense. Esta acción, que ha generado preocupación entre activistas, se aplica en circunstancias específicas relacionadas con fraude o riesgos para la seguridad del país.
Aunque históricamente este procedimiento se reservaba para casos excepcionales, como criminales de guerra que ocultaron su pasado, la estrategia se amplió bajo la administración Trump para incluir un espectro más amplio de delitos. A continuación, se detalla en qué consiste este proceso y a quiénes podría afectar.
¿En Qué Casos se Puede Perder la Ciudadanía?
Un ciudadano naturalizado puede enfrentar la pérdida de su estatus si el gobierno demuestra, mediante procedimientos civiles o una condena penal, que la ciudadanía fue obtenida de manera ilegal. Las dos causas principales son:
- Fraude de naturalización: Cuando se comprueba que la persona mintió deliberadamente en su solicitud para obtener la ciudadanía.
- Ocultamiento de hechos: Si el individuo ocultó o tergiversó información material que, de haberse conocido, habría resultado en la denegación de su solicitud.
El Departamento de Justicia ha priorizado estos casos basándose en directrices internas, como las anunciadas en su momento por el subsecretario Brett Shumate, enfocándose en individuos considerados una amenaza. El marco legal para estas acciones está detallado en los manuales de agencias como USCIS, que explican las bases para la revocación de la naturalización.
Prioridades para la Revocación de Ciudadanía Estadounidense
Las autoridades han definido una serie de situaciones que reciben atención prioritaria para iniciar un proceso de desnaturalización. Estas categorías se centran en la seguridad nacional, la integridad del sistema migratorio y la persecución de delitos graves. Los principales grupos afectados son:
- Personas con vínculos con el terrorismo, espionaje o exportaciones ilegales.
- Individuos que participaron en crímenes de guerra, tortura u otras violaciones graves de derechos humanos.
- Aquellos que promovieron actividades de pandillas criminales o cárteles de la droga.
- Quienes cometieron delitos graves y no los informaron durante su proceso de naturalización.
- Implicados en trata de personas, delitos sexuales o crímenes violentos.
- Autores de fraudes financieros a gran escala contra Estados Unidos, particulares o empresas.
- Personas que obtuvieron su ciudadanía mediante corrupción, sobornos o fraude sustancial.