Bajo un cielo encapotado en Washington D.C., Donald Trump presidió un imponente desfile militar, un evento inusual en la capital estadounidense. Aunque oficialmente conmemoraba los 250 años del Ejército de Estados Unidos, su coincidencia con el 79º cumpleaños del presidente y su conocido perfil personalista generaron una ola de críticas y controversia a nivel nacional.
Antes del evento, el presidente Trump había anticipado la jornada, declarando: «Nuestro gran desfile militar sigue en pie, llueva o haga sol. Recuerda, un desfile lluvioso trae buena suerte». Esta declaración establecía el tono para un día que combinaría el despliegue de fuerza con una marcada división social y política.
Our great Military Parade is still on, rain or shine. Remember, a rainy parade is good luck! 🇺🇸 #USA #Trump
— The White House 45 Archived (@WhiteHouse45) November 26, 2024
Un Despliegue Militar Inédito en la Capital Estadounidense
El desfile militar de Trump en EE.UU. contó con la participación de más de 7.000 soldados, 150 vehículos militares y 60 aeronaves y helicópteros que sobrevolaron la Avenida de la Constitución, frente a una Casa Blanca engalanada para la ocasión. Este tipo de despliegue no se había visto en Washington D.C. desde 1991, cuando el expresidente George H. W. Bush celebró la victoria en la primera Guerra del Golfo.
La jornada dio inicio con una salva de 21 cañonazos y el descenso de los paracaidistas «Golden Knights», recibidos con vítores de «¡USA! ¡USA!». El presidente Trump, acompañado de la Primera Dama Melania, tomó juramento a 250 nuevos reclutas antes de pronunciar un enérgico discurso patriótico.
THANK YOU to the men and women of our armed forces! 🇺🇸 #USA #Trump
— The White House 45 Archived (@WhiteHouse45) November 26, 2024
Durante su intervención, Trump repasó momentos clave de la historia militar del país, desde la batalla de Bunker Hill hasta las campañas modernas en Irak. El presidente calificó al Ejército estadounidense como «la fuerza más grande, temible y valiente que ha caminado sobre la faz de la Tierra», y advirtió a los adversarios de la nación: «Los enemigos de Estados Unidos han aprendido que si amenazan al pueblo estadounidense, nuestros soldados irán por ustedes. Su derrota será segura… Porque nuestros soldados nunca se rinden, nunca se rinden y nunca se rinden. Luchan, luchan, luchan, y ganan, ganan, ganan». El evento culminó con un espectacular despliegue de fuegos artificiales.
Críticas y Controversias en Torno al Desfile de Trump
A pesar de la insistencia de la administración en el carácter institucional del evento, las críticas hacia el desfile militar de Trump en EE.UU. fueron numerosas. Muchos lo consideraron una maniobra propagandística destinada a fortalecer la imagen personal del presidente. Las comparaciones con desfiles militares en regímenes como China, Corea del Norte o Rusia fueron recurrentes, y no faltaron las críticas por la supuesta falta de sincronización en las maniobras de los militares.
El elevado costo estimado del desfile, que ascendió a unos 45 millones de dólares, también fue duramente cuestionado como un despilfarro de recursos públicos. Las redes sociales se hicieron eco de la escasa afluencia de público en comparación con las expectativas, lo que alimentó la percepción de que el evento era más una demostración de poder personalizada que un acto de unidad nacional. Incluso circularon imágenes del presidente aparentemente adormilado durante el desfile, una ironía que no pasó desapercibida dada su habitual burla a Joe Biden como «Sleepy Joe».

Protestas Masivas y Violencia Política
Mientras el desfile transcurría, miles de ciudadanos se movilizaron en más de 2.000 protestas bajo el lema «No Kings» (No a los Reyes), una consigna que denunciaba lo que muchos calificaban de tendencia autoritaria del presidente. Estas manifestaciones se extendieron por las 50 entidades del país, desde Nueva York hasta Los Ángeles.
Our protests are always Pro USA, Anti Trump. #NoKings
— Morgan C. Ross (@Morgan_C_Ross) November 26, 2024
En la propia capital, cientos de manifestantes se acercaron al perímetro del desfile, coreando consignas y portando pancartas con el lema «Pro USA, anti Trump». Sam Richards, un veterano de 34 años, expresó su contundencia: «Todo esto parece una broma cruel, usar a personas que juraron lealtad a la Constitución como peones para un tipo que quiere ser rey». Algunos activistas incluso llevaron figuras satíricas de Trump, incluyendo una escultura de madera donde se le representaba con una nariz alargada y sentado en un inodoro.
La jornada también estuvo marcada por la violencia política. En Los Ángeles, la policía dispersó manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma, resultando varios heridos. En Texas y Minnesota, las autoridades emitieron advertencias a legisladores y activistas sobre la seguridad en las calles. La situación se vio agravada por el asesinato de la congresista demócrata Melissa Hortman y su esposo en Minnesota, a manos de Vance Boelter, un crimen considerado de motivación política. Un senador estatal y su esposa también resultaron heridos en el mismo incidente. El FBI ha ofrecido una recompensa de 50.000 dólares por información que conduzca a la captura del responsable.

Un Retrato de una Nación Fracturada
Este 14 de junio, el desfile militar de Trump en EE.UU., concebido para celebrar el legado del Ejército, ha dejado un testimonio claro de una nación profundamente dividida. Mientras el presidente afirmaba que «América se mantiene fuerte, orgullosa y libre», miles de ciudadanos en las calles contradecían sus palabras.
Bajo el espectáculo marcial y los fuegos artificiales, latió un profundo descontento, indignación y una evidente pugna por el alma democrática del país, reflejando una sociedad polarizada y en constante tensión.