La crisis de suministro eléctrico en Cuba continúa su inexorable intensificación, con un déficit eléctrico que ya supera los 1,500 MW y apagones que afectan profundamente a una población exhausta. Esta «pobreza energética», como la describen algunos, es una faceta más de la crisis sistémica que enfrenta la isla bajo el actual régimen.
El parte oficial de la Unión Eléctrica (UNE) de este sábado, difundido a través de sus redes sociales, reportó una afectación máxima de 1,500 megavatios (MW) a las 21:50 horas del día anterior. Este pico coincidió con el horario de mayor demanda y, preocupantemente, sobrepasó las estimaciones previas realizadas por la propia entidad estatal. Esta cifra representa un incremento respecto al día anterior, cuando se registró un déficit de 1,531 MW a las 21:20 horas, evidenciando la volatilidad y el deterioro progresivo del sistema.

Disponibilidad del Sistema vs. Demanda Creciente: Un Desbalance Crítico
La disponibilidad actual del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) es de tan solo 1,949 MW, mientras que la demanda se sitúa en 2,895 MW. Esto se traduce en una afectación directa de 946 MW por déficit de capacidad de generación. Las proyecciones para el horario pico de la jornada de hoy no son más alentadoras: se estima una disponibilidad de 2,010 MW frente a una demanda que podría alcanzar los 3,450 MW. Este desbalance generaría un déficit de 1,440 MW, con una afectación que podría llegar a los 1,510 MW si las condiciones previstas se mantienen.
Entre las principales causas de este colapso energético se encuentran la salida de servicio de la unidad 5 de la Central Termoeléctrica (CTE) de Nuevitas, averías en otras plantas generadoras, mantenimientos simultáneos y prolongados en varias unidades, y los crónicos problemas de suministro de combustible que afectan gravemente a la generación distribuida. Además, los 16 parques solares fotovoltaicos del país, a pesar de las promesas de impulso a las energías renovables, solo aportaron 1,463 MWh, con una máxima potencia entregada de 387 MW en el horario de la media, cifras claramente insuficientes para contrarrestar la creciente demanda nacional, especialmente en medio del intenso calor del verano.
Una Semana Crítica y Promesas Incumplidas
La situación se ha mantenido crítica durante toda la semana. El 1 de junio, la UNE pronosticó afectaciones de hasta 1,590 MW en el horario pico. El 2 de junio, una avería en la planta de Energas en Boca de Jaruco provocó un incremento aún mayor en la afectación, alcanzando la alarmante cifra de 1,717 MW. Para el 4 de junio, se informó que el SEN enfrentaría un déficit de generación que dejaría sin electricidad a aproximadamente un tercio del país durante el horario de mayor consumo, con una afectación estimada de hasta 1,290 MW. A pesar de las constantes promesas de reducción del déficit eléctrico en Cuba que supera los 1,500 MW, la realidad ha sido consistentemente contraria, con apagones cada vez más prolongados y una infraestructura eléctrica que evidencia una fragilidad creciente.
Impacto Devastador en la Población Cubana
La población cubana continúa padeciendo las consecuencias directas de esta crisis, con apagones que en algunos territorios se extienden por más de 20 horas diarias. Esta situación repercute gravemente en la conservación de alimentos, un bien ya de por sí escaso y costoso; dificulta el acceso al agua potable; interfiere con el funcionamiento de hospitales y escuelas, poniendo en riesgo la salud y la educación; y afecta profundamente la salud física y mental de millones de ciudadanos que viven en un estado de constante incertidumbre y precariedad.
La falta de soluciones estructurales y sostenibles, sumada a la creciente demanda energética propia de los meses de verano, no hace más que agravar una crisis que parece no tener fin. Las autoridades cubanas, a pesar de los reportes diarios de la UNE, no han logrado implementar medidas efectivas que reviertan esta tendencia, dejando a la población en una situación de vulnerabilidad extrema. La infraestructura eléctrica obsoleta y la falta de inversión son factores clave que contribuyen a que el déficit eléctrico en Cuba supere los 1,500 MW de forma recurrente.