Un conmovedor video publicado en TikTok por una joven cubana residente en Matanzas ha tocado la fibra sensible de miles de usuarios. En él, muestra con sencillez y profundo cariño cómo preparó una comida para compartir con una vecina de la tercera edad, quien vive sola y subsiste con una jubilación que resulta insuficiente ante la severa crisis que atraviesa Cuba. Este gesto de que una cubana comparte comida con su vecina ha resaltado la empatía y la solidaridad que persiste en la isla.
“La situación en Cuba está bien difícil, y más para ella que es una señora mayor”, expresó la joven, identificada como Sheyla (@sheyreyes032 en TikTok), mientras documentaba el proceso de cocinar arroz, picadillo y boniato frito junto a su madre. Como muchas familias en la isla, se vieron obligadas a utilizar carbón para cocinar debido a la escasez de gas doméstico, una realidad que complica aún más la preparación diaria de alimentos.
«No es Gran Cosa, Pero se la Doy con Amor»: Un Mensaje que Inspira
“Lo que le di no es gran cosa, pero se lo entregué con todo el amor del mundo”, afirmó Sheyla en su video. Con una notable consideración por la privacidad de su vecina, la joven decidió no mostrarla en la grabación para evitar cualquier incomodidad. “Hay que respetar a quienes no quieren ser grabados”, señaló, un detalle que también fue muy valorado por los internautas.
El gesto de esta cubana que comparte comida con su vecina generó una oleada de comentarios positivos y bendiciones. Frases como “Dios te bendiga y te lo multiplique”, “Qué hermoso corazón tienes” y “Eso habla bien de ti” inundaron la publicación. Algunos usuarios, sorprendidos por los platos cubanos cocinados con recursos limitados, aprovecharon para preguntar qué eran el “picadillo” o los “boniaticos”. El respeto por la identidad de la mujer beneficiada también fue elogiado: “Lo que más me gustó fue que no grabaste”, comentó una usuaria.
Solidaridad Constante: Más Allá de un Plato de Comida
Este no es el primer acto de generosidad protagonizado por Sheyla. En abril pasado, en medio de un apagón que se extendió por más de 12 horas, la joven mostró cómo utilizaba su planta eléctrica para ayudar a sus vecinos a cargar teléfonos y lámparas. “Aquí ponemos teléfonos a cargar hasta en el baño de la casa”, relató en aquella ocasión, ganándose el reconocimiento de miles por su invaluable sentido de comunidad y solidaridad.
La historia de Sheyla se suma a una creciente ola de gestos solidarios que surgen en Cuba como respuesta al colapso del sistema de asistencia social y a las profundas dificultades económicas. Casos como el de Ale Barber, un joven barbero espirituano que ofrece cortes de cabello gratuitos a enfermos encamados y hospitalizados sin buscar ningún beneficio económico, o el de Anita, una joven madre matancera que ha repartido comida a ancianos sin hogar en múltiples ocasiones, incluso cocinando con carbón lo poco que tiene, demuestran la resiliencia y la humanidad del pueblo cubano.
En Guantánamo, la historia de Jonathan, un niño con Síndrome de Down y múltiples enfermedades que vive en condiciones infrahumanas junto a su madre, también ha estremecido recientemente a la comunidad, motivando una campaña en redes sociales para recaudar donaciones. A pesar de las dificultades extremas, muchos cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, continúan movilizándose para ayudar, no desde la abundancia, sino desde una profunda empatía. La joven matancera lo resume de la mejor manera: “Tal vez no tenga mucho, pero lo que doy, lo doy con amor”. Puedes seguir sus inspiradoras acciones en su perfil de TikTok @sheyreyes032.