Un nuevo vuelo de deportación a Cuba procedente de Estados Unidos aterrizó este jueves en La Habana con 118 migrantes, evidenciando que la cooperación operativa entre ambos países se mantiene a pesar de la tensión diplomática y el drástico endurecimiento de las políticas migratorias de la administración Trump. Este séptimo vuelo del año no solo suma cifras a una creciente estadística, sino que subraya el complejo y a menudo doloroso entramado de los acuerdos bilaterales.
El análisis de este hecho va más allá de los números. Revela una política de deportaciones que avanza a toda máquina y un drama humano que comienza justo en el momento en que los retornados pisan suelo cubano. De hecho, tres de los deportados fueron inmediatamente detenidos por las autoridades de la isla para ser investigados por delitos presuntamente cometidos antes de emigrar.
En la tarde de este jueves arribó al Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, un vuelo procedente de EE.UU. con 118 migrantes irregulares a bordo (96 hombres y 22 mujeres), en correspondencia con los acuerdos bilaterales existentes en esta materia.
— MININT_CUBA (@minint_cuba) August 1, 2025
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Deportaciones Activas Pese a la Pausa Diplomática
Resulta paradójico que, aunque las conversaciones migratorias formales entre Washington y La Habana fueron suspendidas indefinidamente en abril, los vuelos de deportación no han cesado. Esto sugiere que, por debajo de la retórica política, existe un canal operativo funcional que permite a Estados Unidos ejecutar su agenda de control fronterizo y a Cuba, mantener su compromiso declarado con una migración «regular, segura y ordenada».
Con este grupo, el número total de cubanos repatriados a la isla en lo que va de 2025 asciende a 833, según informa el medio oficial Cubadebate. Este flujo constante es el resultado directo de la política de «mano dura» de la Casa Blanca, que incluye:
- La eliminación del parole humanitario.
- La cancelación de la aplicación CBP One para solicitar asilo.
- El fin de la política de «captura y liberación» (catch and release).
El Limbo de Miles y la «Mayor Deportación de la Historia»
La situación es crítica. Cifras oficiales indican que más de 42,000 cubanos en EE.UU. están bajo órdenes finales de deportación. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha sido enfático en su misión.
Un portavoz del DHS, en declaraciones a Martí Noticias, fue contundente al afirmar que la política actual busca cumplir la promesa presidencial de llevar a cabo «la mayor deportación de la historia», un esfuerzo que ya ha resultado en más de 185,000 deportaciones a nivel global.
Para los cubanos, esto significa el fin de un sueño y el regreso forzado a una realidad de la que intentaron escapar, a menudo invirtiendo todos sus recursos. Regresan a la misma crisis económica, falta de libertades e incertidumbre que los motivó a irse, enfrentando ahora el estigma de ser «retornados». La discrepancia inicial en las cifras ofrecidas por el Ministerio del Interior de Cuba, que primero reportó 134 deportados para luego corregir a 118 sin explicación, solo añade opacidad a un proceso ya de por sí doloroso.
Un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) dijo a Martí Noticias que la actual política migratoria responde a la promesa del presidente Trump de ejecutar “la mayor deportación de la historia”.https://t.co/S1jA13Lg3T
— Martí Noticias (@martinoticias) July 30, 2025