La familia y compañeros del bombero héroe, que murió por un paro cardíaco en un incendio en Brooklyn, se reunieron para un emotivo homenaje en su estación de Brownsville.
El dolor se hizo palpable en la estación de bomberos de Brownsville este domingo, donde la viuda, los hermanos y los compañeros del bombero Patrick Brady se reunieron para una conmovedora ceremonia de crespón en su honor. Brady, de 42 años, miembro de una orgullosa familia de veteranos del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY), sufrió un paro cardíaco fatal mientras aún se encontraba en la azotea de un edificio de apartamentos de seis pisos en llamas en Brooklyn la noche del sábado.

La tradición, presidida por el capellán del departamento Peter Purpura, consistió en colar crespones negros y púrpuras en la fachada del cuartel de la Engine 231/Ladder 120/Battalion 44, un símbolo de luto por la segunda muerte en acto de servicio del FDNY este año. La viuda de Brady, Kara, y sus dos hermanos, Jimmy y Brian, también bomberos, lloraron abiertamente durante el homenaje.

«Su amor por esta casa de bomberos, por los miembros de esta casa de bomberos, solo era superado por el amor por su esposa Kara», declaró Jake Touhey, amigo cercano y colega de Brady, visiblemente emocionado junto a la familia. Brady, quien se unió al departamento el 14 de julio de 2014 y fue asignado a la Ladder 120, era descrito como el «líder informal» de su unidad.


El Capitán de la Ladder 120, Scott Coyne, elogió su carácter y profesionalismo. «Como supervisor, fue uno de los mejores. Hacía lo que necesitabas que se hiciera incluso antes de que lo pidieras», dijo Coyne frente a la estación. «Es triste beyond toda palabra por qué estamos aquí… Pero para Pat, él era un organizador. Simplemente iluminaba la habitación. Honestamente, creo que hizo amigos con todos».

Andrew Ansbro, presidente de la Asociación de Bomberos Uniformados, emitió un comunicado destacando que «Patrick provenía de una orgullosa familia del FDNY —un legado de valentía, dedicación y amor por Nueva York». La pérdida de este bombero, cuyo primo y tío también sirvieron en el departamento, resonará no solo en su cuartel, sino en toda la ciudad a la que sirvió con honor.














