La reciente decisión de Donald Trump de renovar la licencia de Chevron en Venezuela ha expuesto una notable contradicción en la postura de los congresistas cubanoamericanos Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos Giménez. Tras criticar ferozmente a la administración Biden por una política similar, ahora guardan un elocuente silencio, revelando una estrategia de lealtad política por encima de sus principios declarados sobre la dictadura venezolana.
Este episodio revela una dinámica política compleja donde la presión sobre temas de política exterior, como Venezuela, fue utilizada como una ficha de negociación que, al final, no rindió los frutos esperados ni en el frente venezolano ni en el migratorio, un asunto de vital importancia para su comunidad.
La Apuesta Inicial: Presión sobre Chevron para Frenar a Trump
En un principio, los tres representantes de Miami intentaron condicionar su apoyo a proyectos legislativos clave de Trump a cambio de una postura firme contra el régimen de Nicolás Maduro. Según informó el portal Axios, el trío, apodado «Three Crazy Cubans» por el entonces Speaker Mike Johnson, manifestó directamente a Trump su rechazo a la idea de renovar la licencia de Chevron, la cual había sido rescindida en febrero.
Su argumento central era que permitir las operaciones de la petrolera equivalía a extender una «línea de salvación» a Maduro, similar a la que, según ellos, Joe Biden había ofrecido. La presión pareció funcionar momentáneamente. Trump, necesitado de sus votos, cedió y canceló la renovación de la licencia, lo que los congresistas celebraron públicamente como una gran victoria contra la dictadura venezolana.
El Cambio de Rumbo: La Política de Trump hacia Venezuela da un Vuelco
Sin embargo, la política es un terreno movedizo. El pasado 24 de julio, The Wall Street Journal reveló que Trump había cambiado de opinión y autorizado una nueva licencia para que Chevron continuara sus operaciones de extracción de crudo en Venezuela. Aunque los detalles del acuerdo son opacos, y se asegura que las ganancias no irán directamente a Maduro, el propio líder venezolano celebró la noticia como un triunfo.
Este pacto se produjo poco después de un canje de prisioneros entre ambos países, en el cual, según el WSJ, tanto Trump como el Secretario de Estado Marco Rubio estuvieron involucrados. La conexión entre ambos eventos sugiere una estrategia de negociación más amplia, donde la energía se convierte en una moneda de cambio para otros fines geopolíticos.
El Giro de 180 Grados: De Críticos Feroecs a Leales Silenciosos
Aquí es donde la contradicción se hace insostenible. Los mismos congresistas que habían calificado de «idiota» o «traicionera» la política de Biden por permitir lo mismo, ahora guardan silencio ante una decisión idéntica de Trump. Su única respuesta ha sido un tweet coordinado, publicado por los tres en inglés y español, que evita por completo el tema de Chevron y se limita a elogiar el historial general de Trump contra las dictaduras.
No hay mayor defensor de la causa de la libertad del pueblo venezolano que el presidente Trump. Su historial es clarísimo al enfrentarse a los dictadores antiamericanos del hemisferio occidental que constantemente buscan socavar la seguridad nacional de Estados Unidos.
— Congresista Carlos Giménez (@RepCarlos) July 24, 2025
No hay mayor defensor de la causa de la libertad del pueblo venezolano que el presidente Trump. Su historial es clarísimo al enfrentarse a los dictadores antiamericanos del hemisferio occidental que constantemente buscan socavar la seguridad nacional de Estados Unidos.
— Rep. Mario Díaz-Balart (@MarioDB) July 24, 2025
Análisis: Las Consecuencias de una Apuesta Fallida
El cálculo político de los congresistas parece haber sido un fracaso total. Según nuestro análisis, basado en más de una década de seguimiento a la política estadounidense, al priorizar no incomodar a Trump, perdieron en todos los frentes.
- Sin avances migratorios: No utilizaron su capital político para proteger a los inmigrantes de sus comunidades, como los beneficiarios del I-220A o el Parole Humanitario.
- Sin victoria sobre Chevron: Su principal apuesta, mostrar firmeza con Venezuela, fue ignorada por Trump, quien finalmente priorizó otros intereses.
- Pérdida de credibilidad: Su drástico cambio de postura socava su autoridad para criticar futuras políticas similares, exponiéndolos a acusaciones de oportunismo político.
Mientras tanto, el Secretario de Estado Marco Rubio ha jugado un papel más pragmático. Pasó de oponerse al acuerdo a participar en las negociaciones, alineándose con los «intereses estratégicos» de EE.UU. por encima de posturas ideológicas, en un claro movimiento para posicionarse con fuerza de cara al futuro político.