El exmandatario Raúl Castro reapareció públicamente para presidir el acto central por el 26 de julio en Ciego de Ávila, un gesto de alto contenido simbólico en medio de la profunda crisis que vive Cuba. Su presencia, junto a otros líderes históricos, envió un mensaje de continuidad y control que contrastó con el discurso del primer ministro Manuel Marrero, quien admitió los problemas económicos pero ofreció, una vez más, soluciones a largo plazo.
El Símbolo de la Continuidad: La Puesta en Escena de la Vieja Guardia
En una cuidada puesta en escena, el nonagenario Raúl Castro llegó flanqueado por otros dos líderes históricos, Ramiro Valdés y José Ramón Machado Ventura, para ocupar la primera fila del evento. La imagen, difundida por los medios estatales, busca proyectar una idea de unidad y fortaleza en la cúpula del poder. Detalles como la cercana vigilancia de su nieto, conocido como «El Cangrejo», refuerzan la percepción de un poder que se mantiene dentro de un círculo cerrado y familiar.
🇨🇺| El General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, y el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presiden en Ciego de Ávila el acto central por el Día de la Rebeldía Nacional.
— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) July 26, 2025
Un Discurso que Admite la Crisis pero Posterga las Soluciones
El discurso central estuvo a cargo del primer ministro, Manuel Marrero, quien reconoció la severidad de la crisis económica. Sin embargo, su intervención estuvo plagada de los lugares comunes de la propaganda oficial. A pesar de admitir las dificultades, las soluciones concretas brillaron por su ausencia. En su lugar, Marrero prometió que para el año 2026 el régimen se centraría en:
- Incrementar la producción nacional.
- Obtener divisas.
- Recuperar el sistema electroenergético.
- Fortalecer la empresa estatal socialista.
Una vez más, no se explicó cómo se alcanzarán estas metas, dejando a la población con promesas futuras en medio de una crisis presente y agobiante.
Análisis: ¿Qué Mensaje Envía la Presencia de Raúl Castro?
Según el análisis de nuestra redacción, con décadas de experiencia cubriendo la política cubana, la reaparición de Raúl Castro no es casual. Es un acto de reafirmación política deliberado. En un momento de máxima vulnerabilidad económica y descontento social, su presencia busca enviar un doble mensaje: hacia adentro, a las filas del poder, para asegurar que la «generación histórica» sigue vigilante y mantiene el control; y hacia afuera, al pueblo cubano y a la comunidad internacional, para proyectar una imagen de estabilidad y continuidad que la realidad desmiente.
Es, en esencia, un intento de legitimar al gobierno actual de Miguel Díaz-Canel, respaldándolo con el peso simbólico de la vieja guardia revolucionaria. Sin embargo, esta estrategia también revela una profunda debilidad: la incapacidad del sistema para generar nuevos liderazgos y soluciones, dependiendo en cambio de la imagen de figuras que pertenecen a una era pasada.