La coronación de Lina Luaces como Miss Cuba para el certamen de Miss Universo ha desatado una tormenta mediática, avivada por las duras críticas del reguetonero Yosvanis Sierra, conocido como Chocolate MC. Desde la prisión donde se encuentra recluido, el cantante ha cuestionado la legitimidad de Luaces, argumentando que no representa a la mujer cubana y ni siquiera habla español correctamente.
En una intervención telefónica que rápidamente se hizo viral en redes, Chocolate no escatimó en calificativos. “Le dieron la corona a ‘la feísima esa’. No tengo nada en contra de ella, pero tengo que decir la verdad”, afirmó, añadiendo que había otras concursantes más auténticas.
Los argumentos de Chocolate contra la nueva Miss Cuba
La crítica principal del reguetonero se centra en la supuesta falta de «cubanía» de la joven modelo, nacida y criada en Miami. Su intervención ha sido una mezcla de indignación y sátira.
“¿Cómo le van a dar la corona a ‘una jeva’ que no sabe hablar como un cubano? […] Se supone que Miss Cuba es una cubana, la representación de la mujer, no la representación de una cubana nacida aquí en Miami”, cuestionó Chocolate.
El cantante llegó a burlarse del acento de Luaces y remató con una frase que ha incendiado el debate: “¡Mi reina, tú nunca has asediado al turismo!”, una polémica referencia que muchos han interpretado de distintas maneras.
Un debate nacional: ¿Qué significa ser cubano hoy?
Las palabras de Chocolate, replicadas por cuentas como «Reggaeton Cuba Viral», han abierto una profunda herida sobre la identidad nacional, dividiendo las opiniones en dos bandos claramente definidos.
- A favor de Chocolate: Un amplio sector apoya la sinceridad del cantante. Consideran que Lina Luaces está culturalmente desconectada de la realidad de la isla. Comentarios como “Dijo lo que muchos pensaban” o “No se crió entre apagones y arroz con huevo” reflejan la opinión de que no puede representar a un pueblo cuyas vivencias desconoce.
- En defensa de Lina Luaces: Otro grupo critica duramente a Chocolate por su tono, que tachan de misógino y odioso, y cuestionan su autoridad moral. Defienden a Luaces como el rostro de una Cuba moderna, educada y global. “Cuba está en el corazón, no en la geografía. Ella es hija del exilio y eso también cuenta”, argumenta un usuario, destacando su elegancia y preparación.
La controversia ha escalado más allá de un concurso de belleza para convertirse en un reflejo de la fragmentación de la nación cubana entre la isla y su diáspora. Ha puesto sobre la mesa preguntas complejas: ¿Quién tiene derecho a representar a Cuba? ¿Es necesario haber vivido en la isla para ser considerado «auténticamente» cubano? La polémica, sin duda, está servida.