El estado de Florida ejecutó este martes a Michael Bernard Bell, un hombre de 54 años condenado por un doble asesinato en 1993. Con esta acción, la pena de muerte en Florida alcanza un sombrío hito: es la octava ejecución del año 2025, igualando el récord histórico del estado y posicionándolo como el líder en la aplicación de la pena capital en Estados Unidos este año.
Bell fue declarado muerto a las 6:25 p.m. en la Prisión Estatal de Florida, ubicada en Raiford, tras recibir una inyección letal. El procedimiento, según funcionarios del Departamento Correccional de Florida (FDC), se realizó conforme a los protocolos establecidos.
El Crimen: Una Venganza por Error
El caso por el que Bell fue condenado a muerte se remonta a diciembre de 1993. Convencido de que había encontrado al asesino de su hermano, Bell, armado con un rifle AK-47, abrió fuego contra un vehículo estacionado frente a un bar en Jacksonville. Sin embargo, el auto ya no pertenecía al objetivo de su venganza, sino a Jimmy West, de 23 años.
En el ataque, West murió en el acto. Tamecka Smith, de 18 años, quien lo acompañaba, resultó herida de muerte y falleció poco después en el hospital. Una tercera persona salió ilesa. Bell fue detenido al año siguiente y condenado a muerte en 1995, con base en pruebas balísticas y testimonios contundentes.
Un Historial Criminal y un Pasado Turbulento
La historia criminal de Bell era extensa. Fue condenado por otros tres asesinatos: el de una mujer y su hijo en 1989, y el de la pareja de su madre en 1993, apenas cuatro meses antes del doble homicidio en Jacksonville.
Su biografía también incluye un paso por la tristemente célebre Florida School for Boys, conocida como la correccional de Dozier. Este centro juvenil, cerrado en 2011, fue conocido por un historial de abusos sistemáticos y muertes encubiertas, y su historia sirvió de inspiración para la novela «The Nickel Boys» de Colson Whitehead, galardonada con el premio Pulitzer.
Las Últimas Palabras de un Condenado
Según el informe oficial, Bell pasó sus últimas horas con tranquilidad. Su última comida fue tortilla, beicon, papas fritas y jugo de naranja. En la cámara de ejecución, sus últimas palabras al alcaide fueron tan serenas como escalofriantes.
«Gracias por no dejarme pasar el resto de mi vida en prisión».
Tras dos minutos, cerró los ojos y su respiración se detuvo. Los recursos de última hora presentados por sus abogados ante la Corte Suprema de Florida y la de Estados Unidos fueron rechazados debido a la «abrumadora evidencia de culpabilidad».
Florida, a la Cabeza de las Ejecuciones en EE.UU.
La ejecución de Bell consolida una tendencia alarmante en el estado. Las ocho ejecuciones en 2025 igualan las cifras de 1984 y 2014. Con otra ejecución programada para el 31 de julio, Florida se encamina a romper su propio récord. El gobernador Ron DeSantis ha firmado las órdenes de 15 ejecuciones desde 2023.
Este ritmo acelerado se ve facilitado por una polémica ley de 2023, que permite imponer la pena capital sin la unanimidad del jurado; basta con una mayoría de 8 de los 12 miembros. Esta política ha colocado la pena de muerte en Florida en el centro de las críticas de organizaciones de derechos humanos, que ven con preocupación el creciente número de ejecuciones en el llamado «Estado del Sol».