La revelación de que Vilma Rodríguez Castro, la nieta de Raúl Castro, viajó a Nueva York en al menos cinco ocasiones con pasaporte diplomático y gastos pagados, ha detonado una tormenta política en Washington. La noticia, destapada por una investigación periodística, provocó la reacción inmediata y airada de congresistas cubanoamericanos, quienes denuncian un sistema de privilegios que exhibe la profunda hipocresía del régimen cubano mientras la isla se sumerge en una crisis de apagones, hambre y represión.
El análisis de este escándalo va más allá de los viajes. Expone un patrón sistemático de beneficios para la élite castrista, que utiliza los recursos del Estado y las lagunas diplomáticas para disfrutar de un estilo de vida inalcanzable para el cubano de a pie, tanto dentro como fuera de la isla.
Indignación en el Congreso: «Inaceptable» y «Vergonzoso»
Las voces del exilio en el Capitolio no tardaron en condenar los hechos. La congresista María Elvira Salazar calificó la situación como la quintaesencia de la «hipocresía del castrismo» y exigió el fin de los beneficios para los opresores del pueblo cubano.
Mientras el pueblo cubano vive entre apagones, hambre y censura, la nieta del dictador Raúl Castro pasea con lujos por EEUU.
— María Elvira Salazar 🇺🇸 (@MaElviraSalazar) August 2, 2025
¡Esta es la hipocresía del castrismo! ¡Basta de privilegios para los opresores!
Gracias a @martinoticias por destapar este escándalo. https://t.co/fQ1WjJ6b1u
El congresista Mario Díaz-Balart elevó el tono, catalogando los viajes de «indignantes e inaceptables». Su análisis conecta estos privilegios con la seguridad nacional de EE.UU., recordando que el régimen cubano colabora activamente con adversarios como China, Rusia e Irán, y protege a prófugos de la justicia estadounidense.
¡Indignante e inaceptable!
— Mario Díaz-Balart (@MarioDB) August 1, 2025
Mientras la dictadura cubana oprime brutalmente al pueblo, colabora con China, Rusia e Irán, y protege a terroristas y prófugos de la justicia estadounidense como Joanne Chesimard, sus compinches disfrutan de impunidad y privilegios en EEUU.… https://t.co/S1jA13Lg3T
Por su parte, el representante Carlos Giménez utilizó el caso para criticar las políticas de la era Obama, afirmando que el «deshielo» solo sirvió para oxigenar a la tiranía. Anunció además que su objetivo es impulsar el «fin de todos los viajes y remesas a la isla cárcel».
El «deshielo» de Obama-Biden solo sirvió para otorgarle oxígeno a una tiranía en plena decadencia y para enriquecer a los cabecillas del régimen y a sus familiares.
— Rep. Carlos Giménez (@RepCarlos) August 1, 2025
Por eso estamos impulsando el fin de todos los viajes y remesas a la isla cárcel. https://t.co/f4D0nOHrA2
Un Patrón de Privilegios: La Mansión en Airbnb y el Arte Oficialista
Los viajes de la nieta de Raúl Castro a Nueva York no son un hecho aislado, sino la punta del iceberg de un entramado de beneficios. La investigación original de Martí Noticias, basada en documentos filtrados del MINREX, detalla que los viajes entre 2012 y 2016 fueron justificados por «importancia familiar».
Este estatus de privilegio se extiende a sus negocios. Años atrás, el medio CiberCuba reveló que Vilma Rodríguez administraba una mansión de lujo en La Habana que se alquilaba en Airbnb por 650 dólares la noche. Tras la denuncia, la propiedad fue incluida en la lista de entidades prohibidas por el gobierno de EE.UU.
Además, su esposo, el artista Arles del Río, ha sido beneficiado con becas y una galería respaldada por el Estado en el Vedado, según reportó en su momento Diario de Cuba. Este caso ilustra cómo el nepotismo y el poder político se traducen en ventajas económicas y culturales, creando un circuito cerrado para la élite.
El uso de pasaportes diplomáticos para familiares se ha convertido en una herramienta sistemática del régimen para evadir restricciones, mover fondos y facilitar negocios, perpetuando un ciclo de poder y enriquecimiento.
El escándalo reaviva un debate crucial sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba y la necesidad de aplicar sanciones que afecten directamente a los arquitectos y beneficiarios de la represión, no solo a la población que ya sufre sus consecuencias.