La tensión política entre figuras de Estados Unidos y El Salvador ha escalado a un nuevo nivel tras unas polémicas declaraciones de Hunter Biden. En una entrevista reciente, el hijo del expresidente amenazó hipotéticamente con invadir El Salvador, provocando una respuesta mordaz y personal del presidente Nayib Bukele, quien cuestionó el estado de sobriedad de Biden. Este choque revela una profunda fricción que contrasta con la cooperación actual entre ambas naciones.

La Amenaza de Invasión y la Respuesta de Bukele
Durante una entrevista en un podcast, Hunter Biden expresó su frustración con la alianza entre Donald Trump y Nayib Bukele en materia de deportaciones de inmigrantes. Sus declaraciones, cargadas de improperios, culminaron en una amenaza directa si llegara a ocupar la presidencia.
«Porque te diré una cosa, si yo llegara a presidente… cogería el teléfono y llamaría al pu… presidente de El Salvador y le diría: ‘O devuelves a [los inmigrantes ilegales encarcelados en el centro penitenciario CECOT], joder, o voy a invadirlo'».
La reacción del presidente salvadoreño no se hizo esperar. A través de la red social X, Bukele respondió con una burla que aludía directamente al conocido historial de abuso de sustancias de Hunter Biden.
«¿Está Hunter Biden esnifando leche en polvo?»
El Contexto: Una Alianza de Cooperación y Controversia
El análisis de este enfrentamiento verbal debe considerar el complejo telón de fondo. Por un lado, Nayib Bukele se ha posicionado como un firme aliado de Donald Trump, colaborando estrechamente en operaciones de deportación masiva. Hunter Biden, en su arrebato, calificó a ambos de «puto[s] dictador[es] matón[es]». Sin embargo, la realidad diplomática es más matizada. Para contrarrestar la retórica, Bukele destacó su cooperación pragmática con la actual administración estadounidense.
El presidente salvadoreño compartió detalles de un reciente intercambio de prisioneros a tres bandas entre Estados Unidos, El Salvador y Venezuela. En dicho acuerdo, El Salvador aceptó recibir a venezolanos deportados desde EE.UU. que estaban retenidos en la megacárcel CECOT, facilitando a su vez que el régimen de Nicolás Maduro liberara a diez ciudadanos estadounidenses.
Diplomacia Real vs. Retórica Hipotética
La estrategia de Bukele parece clara: contrastar la amenaza hipotética de Hunter Biden con los resultados tangibles de la diplomacia actual. El éxito del intercambio fue celebrado por altos funcionarios estadounidenses, lo que refuerza la imagen de Bukele como un socio funcional para Washington, a pesar de las críticas.
El secretario de Estado, Marco Rubio, calificó como «inaceptable» la detención de estadounidenses por parte del régimen de Maduro y celebró su liberación. Por su parte, Adam Boehler, Enviado Especial de EE.UU. para la Respuesta a Rehenes, se refirió a Bukele como un «buen amigo» de Estados Unidos, una afirmación que el propio presidente salvadoreño se encargó de difundir para subrayar la validez de su colaboración.