Mientras la Defensa Civil asegura no haber víctimas mortales y habla de una situación controlada, ciudadanos de Holguín y Santiago de Cuba relatan escenas de devastación y piden ayuda desesperada.
La narrativa triunfalista del gobierno cubano, que a través de la Defensa Civil reportó «cero fallecidos» tras el huracán Melissa, choca frontalmente con los dramáticos testimonios y peticiones de auxilio que circulan en las redes sociales. Mientras los medios oficiales describen operativos de limpieza y el lento retorno de los evacuados, desde San Germán, Holguín, se reporta la desesperada situación de más de 100 personas, entre ellas niños, que permanecen atrapadas en techos debido a las inundaciones del Río Cauto.
Al mismo tiempo, en Santiago de Cuba, familias relatan haberlo perdido todo tras el derrumbe de sus viviendas, sintiéndose abandonadas por las autoridades. Esta marcada discrepancia entre el discurso oficial de control y las escenas de caos y destrucción reportadas por la ciudadanía evidencia, una vez más, la profunda brecha que existe entre la versión del régimen y la realidad que vive la población en las zonas siniestradas.















